Con el fuego...
Un australopitheco domina una plaza,
porque el señor usa, usa la amenaza
de carbonizar su propia ciudad.
Y con la rueda...
El señor de la cuevas tiene la idea
de gobernar la vecina aldea,
amenazando su pisotear.
Y con la flecha...
la franja estrecha, entre ambas ciudades,
es gobernada por los Neardentales,
amenazando a sus gentes y calles; tras su afilar.
Y el cavernícola Nicolás,
el cavernícola Nicolás,
pinta bisontes por Altamira
porque él admira
su ciudad natal.
Un aguacero,
apagó el fuego...
Justo después de quemar la rueda,
la rueda que antes aplasto la flecha,
la flecha que quedó pulverizada; tras su afilar.
Y el cavernícola Nicolás,
el cavernícola Nicolás,
pinta bisontes por Altamira
porque él admira
su ciudad natal.
Y el cavernícola Nicolás,
el cavernícola Nicolás,
sigue pintando por Altamira
porque él admira
su ciudad natal.
- Autor: Pacorro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de enero de 2016 a las 10:53
- Comentario del autor sobre el poema: La naturaleza desnaturalizada de los hombres, nos divide entre buenos y malos; pongamos tres malos por cada bueno. Pero al final el bueno vence. Así lo pinto yo.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 151
Comentarios2
Excelente metáfora de un acontecer político que no termina de asombrar al mas escéptico de los mortales. Gracias por la empatía con mi patria, a quien veremos renacer cuando sucumban los cavernícolas y regresen a sus cavernas.
Muchas gracias. Qué hacer contra la naturaleza humana y sus balanzas trucadas.
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