Acelera
Piensa bien y acelera,
tú no dejes que la idea por fin se halle contigo,
que se ocupen los otros de su falda,
que discutan los otros de su origen,
que de nuevo levanten cítricas ciudades
y esgriman armas, puentes, damiselas encinta para hallarla.
Tú sólo piensa bien y acelera,
que se hagan cargo ellos del detritus,
de todo lo que han hecho con las manos,
más bien con la ambición de aquellas manos:
mapas, arsenales, alfileres,
anuarios de los muertos, alambiques
en los que repartir la pobreza de los pobres
y la riqueza de los ricos a ambos lados del camino.
Han hecho tantos tronos, tantas lanzas,
tantos muelles que no les ha de bastar ver esta tierra devastada,
que no les basta ya ver a la madre sin sus hijos
ni al hijo sin los padres, ya marchitos en la espera,
que no les va a importar hallar nuevas razones
para echarte a batallar, para explotarte todo el día,
para que muelas esa piedra con la que dar arena a sus relojes,
para que pierdas esa piel porque ellos tengan un vestido hecho de seda.
Esta es la última vez, piénsalo bien y ya acelera,
que no te vendan libros, que no leas
ni lo que dicen los diarios ni las leyes,
que no te pertenezcan esas formas de sus plazas
y esos deberes necios de despertar para dar gracias
por la muerte, por la vida, por lo que ya no es tuyo
y que nunca lo será porque vendieron los derechos.
Que no te pongan sus camisas ni sus guantes,
que no cubran tu sexo con sus negros pantalones,
que no te priven de la desmemoria de tus muertos,
del olvido en que empezar recién a ver de nuevo todo
tú que sólo has de vivir para que viva todo el mundo,
que no te den la palma de la fama o de la gloria,
que no besen tu culo para que sigas concursando,
que no te den un pie para que tengas casa propia,
que no te aten la piel a una mujer que no te quiere
y que no quieres tú, porque con todas sueñas besos.
Escápate por fin de aquellos templos, de la escuela,
de los campos de labor, de aquellas fábricas inmundas,
no subas al cohete en que te envían de colono,
no aceptes el billete para usarlo en más cigarros,
no vayas a decir que sí cuando te pidan el alma,
no dejes de correr, que así de sucio es todo esto,
que así es de vano el trasfondo de estos mil siglos de cultura,
que así es el hombre de verdad, sólo un gran asno que, ilustrado,
no entiende del saber más que si arrasa así con todo.
Que así de escrito está que todo acabe
y que de aquel de raudo pie quede la huella
de todo este fracaso, de tanta decadencia,
anticipada por la fe del que se fuga limpiamente
y a su tiempo no regresa ni en la sombra
ni en la farsa del que queda felizmente rebuznando.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
15 01 16
- Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de enero de 2016 a las 17:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 71
- Usuarios favoritos de este poema: Armando Luna Pineda, JADE FENIX
Comentarios1
De verdad que es una verdadera maravilla!!!!
Un abrazo, graciaaaas.-
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.