Tu altanera cabeza con grietas y rupturas es un mero escondite de miedos azorados por la vida que te acorrala. Tu espíritu bullente no perdona, y tu boca ladra sin parar, señalando, como una veleta nuestras debilidades. Regocijándote evitás el espejo. Te perdiste. Ya ninguna de nosotras quiere compartir con vos. Anclada en esa necedad de nena consentida seguís apuntando con ese dedo que no cesa su labor con sentencias lapidarias. Y sé que a solas sentís que ya no podés ni con vos. Pero la señorial omnipotencia nunca se confiesa ni pide ayuda.
- Autor: Meri (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de enero de 2016 a las 02:55
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando alguien muy querido va \\\\\\\"mutando\\\\\\\" y se transforma en \\\\\\\"un otro\\\\\\\"casi desconocido...
- Categoría: Sin clasificar
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- Usuarios favoritos de este poema: ENLAGA, kavanarudén, romo
Comentarios2
Gran misterio.
Me ha sucedido, ver como una persona cambia poco a poco no para bien, sino para mal.
Lo que siempre me ha sabido amargo es el silencio que lo envuelve. No hay palabras, no hay confronto, no hay un pedir ayuda.
Un gusto leerte amiga.
Un fuerte abrazo.
Kavi
Por mi parte he visto a alguna persona en ese tipo de "metamorfosis" anclar cada vez más en la necedad...
Abrazo!!
Meri.-
Esa Transformación que sufren; entristece cuando esa persona es de tu estima. Un placer leer tus letras, amiga.
Cordial saludo.
Un placer tenerte nuevamente por aquí.
Saludos,
Meri.-
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