Cuando el invierno
llegue a mi vida,
tú serás mi
inocente primavera,
los almendros,
con sus blancas
y rosadas hojas,
serán nuestro lecho,
y sus frutos,
como tus caricias,
tendrán nido
en mi pecho,
no habrá quietud,
ni tempestades,
solo el amor,
tendrá mandato,
porqué así
lo sentimos,
nuestro amor,
es de antemano,
hemos nacido
para amarnos,
solo pedimos,
luna y sol,
que la luna,
pose sobre tu pelo,
y el sol brillante,
gire sobre tu piel,
y en cada
amanecer,
como al llegar
la noche,
nos encuentre
juntos,
bien aferrados,
amándonos.
Víctor Bustos Solavagione
- Autor: Víctor Bustos Sola (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de enero de 2016 a las 20:04
- Categoría: Amor
- Lecturas: 86
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