Me alegro a diario
de haber nacido
en este mundo muerto,
pero por eso me maldigo
en este preciso momento.
Hace poco me enteré
de que hace años murió él,
y hoy con su recuerdo por bandera
me propongo ser la elegida
que no elegiría cualquiera.
Desgraciadamente debo recordarle
por su repentina muerte
ya que yo misma estuve presente
el día de su juicio final, de su muerte.
Sin quererlo lo hago
porque una fuerte unión teníamos
y si no recordarlo hago
morirme debo en vano.
Por eso aquí me hallo
intentando recordar como pasó
y a la vez queriendo olvidar
el último pasaje que vivimos juntos,
mi último día en su vida, mi adiós.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.