Epitafio de la vanilocuencia
Qué forma de callarte con palabras,
qué forma de perderte en el encuentro,
diciendo a todo sí, hasta a quien niegas,
atándote la piel a las dos puntas de un camino.
No sabes ni sangrar, y eso que sangras,
no sabes ni reír, y eso que ríes,
por eso a carcajadas rojas cae tu alma,
por eso al palpitar tu voz sostiene apenas tu sonrisa.
No es fácil persistir cuando ya todos claudicaron,
no es fácil beber más cuando lo que resta es sólo arena,
pero alguien debe hablar de las mañanas que no sirven
y alguien debe arrojar el vaso sucio contra el borde de los hechos.
Si vienes no vendrás porque lo quieras,
si crujes no lo harás porque se rompan tus ventanas,
será un futuro así, llenos de cosas impensables,
será un fragmento tal que en él, dentro de él, de alguna forma,
por fin podrás hablar, cuando comiences
a gritarnos de verdad con tu silencio inesperado.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
20 01 16
- Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de enero de 2016 a las 21:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: Ringo Stax
Comentarios1
Siempre inspirado, amigo.
Un placer leerte.
U abrazo
Ringo
Gracias, Ringo, acá estaremos, un gusto tu visita.-
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