En aquel cuarto oscuro donde tú y yo fuimos uno, donde nuestros cuerpos se juntaron encontré tus pechos, suaves como el algodón que cubría tu espalda.
En aquel cuarto oscuro donde acaricie tus piernas llegando a donde la espalda pierde su nombre, escuche por primera vez el concepto de amor.
La única testigo de nuestra relación dormita bajo nosotros, mientras malabareamos dentro de un mar de sudor y pasión.
Las sabanas nos cubren pero no le ocultan lo que sentimos el uno por el otro.
En medio del silencio tus gemidos son una canción compuesta por los dos, en donde el rose de tu cuerpo y el mío son la pista que una orquesta seguirá por siempre.
La cama es la única testigo de nuestra aventura juntos, un amor prohibido en donde los dos le somos infieles a nuestras parejas.
Que estas líneas las lean todos, y que se enteren que hoy tú fuiste mía por decisión tuya, y que todos se enteren que la única testigo, es nuestra cama.
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