Tu querida verdad relativa,
Sin principio ni salida,
Dimos por muerta nuestra infancia continua,
Solo murió la inocencia de las mentiras verdaderas,
Sin vergüenza ninguna,
Con la verdad como única mentira.
Dimos por muerto nuestro corazón,
Solo se hirió la parte mas profunda de la razón,
Dando amor por cada esquina,
Sin miedo a que cupido no atine,
Sin dos dedos de frente,
Para mostrarle tu corazón a la gente.
Y porque no dijimos basta,
A crecer, para vivir sin complejos,
Sin miedo a no tener pasta,
A no vivir rodeado de espejos.
Y querida infancia mía,
Devuélveme la vida o muere hasta la muerte,
De tanto querer querernos nunca supe quererte.
- Autor: christian borbolla (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de enero de 2016 a las 06:35
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 114
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios3
Gran misterio la vida.
Una universidad, una escuela donde poco a poco se aprende.
Aprender a querer creo que sea una tarea que dure toda la vida.
Un hermoso escrito amigo poeta.
Un fuerte abrazo de mi parte.
Kavi
Sabias palabras... Gracias por comentar y por darle a favorito, me alegra mucho que te haya gustado. Un saludo.
Ya vas afinando el piano.
Saludos.
Gracias por tu comentario. Un saludo.
Una página del Libro de la Vida, de una Infancia que se hace presente. Es grato leerte.
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