Son lágrimas de acero las que interrumpen el silencio de mis oidos.
De hierro las venas de mi cuello, de plástico mis dedos , enturmecidos en mis bolsillos.
Es hilo el pelo que cubre mis esqueléticos hombros, mi pecho escondido bajo metal de hierro forjado, camino con pies de plomo.
Me pesan los alambres retorcidos de mis piernas, que me cortan.
Fina piel de seda que cubre mi raro aspecto, ojos de sombra oscura. Bajo boca corroida de ácido fundido, vivo y muero en cuerpo de acero.
Me fundire bajo las brasas, llamas escondidas en mi cuerpo.
Triste silencio me desvanece.
Me pierdo.
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Comentarios2
Saludos, sentido poema. Que tenga un lindo fin de semana.
Mallito
Hola,gracias..igualmente.
Buen poema , te felicito.
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