Y entonces, pude comprender cuánto dolor emanaba de tan excepcional ser. En el pasado, el monstruo de la tristeza se había apoderado de él, haciéndole derramar miles de lágrimas con las que podías haber llenado un estanque.
Su corazón se arrugó a tal punto que aseguró que nunca volvería a enamorarse.
Y yo podía entenderle ... Porque el monstruo de la tristeza, también fue mi compañía en el pasado.
Feliz noche.
Enerieth Lozano
- Autor: Alma gris (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2016 a las 14:12
- Categoría: Triste
- Lecturas: 91
- Usuarios favoritos de este poema: Marc Tellez Gonzalez
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