Este tiempo ha sido de arduo trabajo, de recopilar vivencias y experiencias nuevas, y espero pronto compartir más historias.
PNCA El conejo relator
95. RELATO
SEÑOR AMOR TÍMIDO
(AUTOR DESCONOCIDO)
5
Julián, siempre fue un hombre tímido, y se enamoró de una chica que viajaba en el mismo bus que él, de lunes a viernes, a la ida y vuelta del trabajo. Linda y de ojos tristones, se sentaba siempre hacia la ventana, en la séptima fila, de la ruta 60.
Jamás le habló. Alguna vez carraspeó la garganta para llamar la atención, pero la chica no lo escuchó; siempre leía el diario, de ida y vuelta, y de lunes a viernes.
En otra ocasión, Julián quiso ofrecerle un dulce, pero se puso tan nervioso que en una frenada las mentas rodaron por todo el bus. Ella, leía. Ni lo notó.
Un buen día, el tímido enamorado por fin saco coraje y puso este aviso en la página 3 del diario que la joven siempre leía.
"A la chica de ojos tristones que de lunes a viernes viaja en el 60, de ida y vuelta, en el asiento de la ventana de la séptima fila. ¿Tiene novio? Firma: Señor Amor Tímido.
A la mañana siguiente en el bus, espero una reacción de su amada. Nada. Pero al otro día, Julián encontró este aviso en la página 3 del diario:
"Al Señor Amor Tímido: No. Firma: La Chica de ojos tristones que de lunes a viernes viaja en el 60, de ida y vuelta, en el asiento de la ventana de la septima fila".
¡Que feliz se puso! Subió al colectivo y, como todos los días, el viaje fue igual: él en silencio, y ella concentrada en su lectura.
Al otro día, apareció este anuncio: "
A la chica de ojos tristones que de lunes a viernes viaja en el 60, de ida y vuelta, en el asiento de la ventana de la séptima fila: ¿Cómo se llama?".
- "Margarita"- Respondió al otro día-
La chica de ojos tristones que de lunes a viernes viaja en el 60, de ida y vuelta, en el asiento de la ventana de la séptima fila-.
Aviso va, aviso viene. Julián y Margarita comenzaron a conocerse. Sabían que música escuchaban y las películas que preferían.
-Qué loco, ¿no?
- Si, pero lindo- Dijo.
Los avisos siguieron y tuvieron un efecto dominó. Las chicas de ojos tristones de la ciudad creyeron ser la que viajaba en el 60, de ida y vuelta, del lado de la ventana de la séptima fila. Y cada joven solitario pensó que era el Señor Amor Tímido.
Muchos se animaron a confesar su amor y se formaron parejas. Julián y Margarita ya conversaban y él le daba la opinión sobre aquellas lecturas que la chica hacia, también hablaban de los anuncios, sin que ella supiera que a su lado tenía al Señor Amor Tímido.
El ganó confianza y a ella su compañero empezó a gustarle. Por eso, un día, Julián (y toda la ciudad) leyeron otro anuncio: Al
Señor Amor Tímido: Le ruego me disculpe, pero no puedo seguir con esto. Hay alguien que me gusta y no sería correcto avivar su ilusión. Firma: La chica que ya no tiene ojos tristones que viaja en la ruta 60, de ida y vuelta, en el asiento de la ventana de la séptima fila".
La ciudad esperó con ansias el anunció del otro día: "No tiene porque disculparse. Espero que ese alguien la haga feliz. Firma: Señor Amor Tímido.
Los avisos dejaron de aparecer. Julián y Margarita iban y venían, de lunes a viernes, en la ruta 60, sentados en cualquier parte del colectivo, pero tomados de la mano.
- Autor: Pepe, el conejo relator. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de febrero de 2016 a las 11:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: Pepe Pnca, Eben79, kavanarudén, Isis M, Rosalways, nelida moni, María C., Flor Erendira
Comentarios4
Me gusta, me gusta, me gusta!
besos conejito relator!
Isis M
Me ha parecido realmente hermoso, la verdad, esperaba que el final fuera feliz, pero ha sido además, muy bello.
Un placer realmente, leer tan bello relato.
Abrazos de cariño
Rosa Maria
ME GUSTO QUE FUERAN TOMADOS DE LA MANO POR LA RUTA DEL 60...que no sabes como me gustaría hacerla de la mano de mi pareja.
Un saludo cordial
Lindo relato. Felicidades.
Los avisos dejaron de aparecer. Julián y Margarita iban y venían, de lunes a viernes, en la ruta 60, sentados en cualquier parte del colectivo, pero tomados de la mano.
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