Anielis era una niña de seis años, muy curiosa y divertida que siempre se entretenía pintando la vida.
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- Al sol lo pintaré de amarillo, se decía.
- A las estrellas las pintaré muy brillantes, aseguraba.
- A la luna de azul, aunque no estoy segura de ello, seguía diciéndose.
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Cuentan que Anielis tenía su cuaderno de dibujo lleno de soles, lunas y estrellas, pero jamás pintó al arco iris pues ella pensaba que el arco iris con esa gama de colores eran trazos pintados por Dios y ella no podría pintar algo que el mismo Dios ya había pintado.
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Pero un día de tantos, Anielis amaneció con ganas de pintar el arco iris y sin pensarlo más, lo pintó. Imaginó que Dios hace las cosas y nos la muestra cada día y a veces nosotros mismos pretendemos cambiarlas. Era un arco iris distinto, no con tantos colores como Dios lo pinta, pues sólo usó dos colores para pintarlo. El blanco y el negro.
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Así somos nosotros, generalmente nuestros actos son lo contrario de los designios de nuestro creador eterno y Anielis a su temprana edad, ya lo había descubierto.
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Una vez que la niña pintó el arcoíris en blanco y negro, lo vio muy triste, hasta se veía feo y ella sabía que Dios con su amor tan grande a la humanidad jamás le regalaría un arco iris así. De manera que tomó de nuevo sus colores y pintó el arco iris con todas las de la ley… ¡Cómo Dios manda!
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Y ya no le importó que la gente pretendiera cambiar las cosas de Dios, de igual manera seguiría pintando feliz, su arco iris de colores.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2016 a las 10:41
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Eben79, JADE FENIX, Myriam Estrella B, DELICADA ABRIL, Armando Luna Pineda
Comentarios3
Una preciosidad de escrito, con un bello mensaje.
Siempre un agrado leerte mi querido amigo.
Besitos.
Gracias amiga por pasar por mi cuento y subirte al carrusel. Un abrazo.
Nadie puede cambiar las cosas de Dios , pero Dios si puede cambiar muchas cosa del hombre, bella reflexión y bello poema. un abrazo y bendiciones.
Gracias amiga Miriam, un abrazo.
Un precioso cuento infantil pero con una enseñanza profunda y misteriosa, La obra de Dios es incomparable. Saludos y felicidades por esta entrega.
Bien dicho amigo Armando, la obra divina es incomparable. Un abrazo!
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