Mientras el mundo giraba
una madre anhelaba
un deseo se transformaba
en un giro, una vida empezaba.
Se plantaba en casa
el niño ya había quebrado una taza
crecía y no lo notaba
pinceladas mágicas que también se cantaban.
Se le vio dar sus primeros pasos
anhelaba el andar
bajo los ojos del amar
ahí empezaba una historia.
Poco a poco brotaba
el niño ya estudiaba
a veces sonrisas
y a veces una que otra lágrima.
Sin permiso entró “ña” adolescencia
los pantalones se encogían
¿o será que el niño crecía?
también perdía la inocencia.
Su infancia pasó
su sombra creció
los años se despedían
y el niño aún no lo entendía.
Los regresos eran menos frecuentes
se extrañaba,
se anhelaba,
pero el niño no estaba.
El viaje sin retorno estaba empezando
el pelo de sus padres se teñía
el niño se decía cuestionando
¿Por qué era un viaje solo de ida?
Los años pasaron, era momento de despido
uno a uno sus maestros se despedían
la vida no pedía permiso
el niño aún no entendía.
Ahora el niño visitaba el cementerio
a él le resultaba un adulterio
sus padres tomaron aquel tren
en la vida, un amargo vaivén.
Ya había alguien a quien prestarle la mano
el niño se sentía amado
anhelando transmitir
lo aprendido del pasado.
El ocaso había llegado
se le vio feliz
una vida NO había terminado…
… nada más…
…un ciclo apenas había comenzado.
- Autor: JuliaMoreno (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2016 a las 19:30
- Comentario del autor sobre el poema: Oda a la vida.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 48
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