Amigo de trato afable, compañero de mis batallas
en alegrías y tristezas, en las buenas y en las malas
cuando yo te busco, siempre te encuentro, tú nunca me fallas
ante los negros abismos, veo tus luces de bengalas.
En mis tristes tropiezos y en mis agrestes dificultades
cuando yo yazco sin fuerzas, me brindas ofrecidas alas
y cuando yerro, gracias te doy por decirme mis verdades
y con mi aliento perdido, tú respiras por mí y exhalas.
Y si estoy cansado y sin fuerzas, estando por desplomarme
tú no pasas de lado, como el sacerdote y el levita,
siempre te detienes, samaritano para levantarme.
Amistad grata como la tuya, siempre debe cuidarse
y retribuir con sinceridad. Permite que yo lo admita
es una de las grandes cosas en que uno debe gloriarse.
Lebusla
Derechos Reservados
- Autor: Lebusla (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de febrero de 2016 a las 15:08
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 67
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