Vivo recientemente en un lugar que no es de nadie,
solo un edificio que el dueño aún no usa.
Un sitio donde no existen recuerdos,
un espacio de paredes lisas y sin retratos,
sin muebles y sin ornamentos.
Un lugar donde la memoria no tiene otra escapatoria,
que hurgar en los recuerdos de si misma,
los que tienen polvo y telas de arañas,
pero que no se han movido de allí.
Un espacio donde hay tiempo y silencio,
para comenzar un viaje desde lo más profundo,
llegando al presente y reflexionar.
Un lugar que parece ser el escondite perfecto,
para un prófugo que se oculta harto
de “la vida normal”…desertor de la codicia cotidiana,
hastiado de las miradas criticas y dominantes que nos manejan.
Cansado de los objetivos vanos y comunes.
Un lugar que a pesar de parecer una celda,
es el portal para ingresar a las cosas mas divinas de la vida.
Abrir de una vez por todas, la puerta
que nos dirige a nuestro yo interior,
y buscar la felicidad,
desde su expresión mas simple,
pero excelsa a la vez…
- Autor: ELPACHA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de febrero de 2016 a las 17:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Myriam Estrella B
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