Desde que recuerdo de mi, siempre me apunte a la vida,
no por una decisión muy trillada o por seguir una senda moral,
sino por una decisión cabal que me salió de cerca de la femoral.
Y pateé la vida,
unas veces a locas y otras más formal,
salí de la montaña y baje al litoral.
Y ya en el litoral, navegué la vida,
milla a milla de este mundo global,
disfruté las singladuras de calma y sufrí las de temporal.
Y cuando toco cantar, canté a la vida,
y lo hice sin sentirme un cantor marginal,
sino creyéndome la voz más grave de una gran coral.
Ahora; ya pateada navegada y cantada ..., descanso la vida,
dejándome llevar ligeramente por un vaivén direccional,
unas veces a locas y sin rumbo y otras arrumbado y lleno de moral.
Y aquí seguiré ..., ¡enganchado a la vida!,
hasta que la parca me dé día y hora para irme a su local,
y me lleven los míos en medio de cantos y un adorno floral.
Y digan de mi: ¡no aguantó más!, y se fue a vivir su otra vida.
Y polvo al polvo, seré un polvo celestial,
y hecho polvo disfrutaré de una eterna bacanal.
Si tiene que ser, que así séa mi después de la vida ....
cuando séa intemporal ...
y séa un polvo celestial.
- Autor: Eibaoga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de febrero de 2016 a las 22:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 172
- Usuarios favoritos de este poema: Donaciano Bueno
Comentarios2
En esto de morir lo que sí es cierto es que el momento requiere que estés presente en el encuentro aunque no quieras. Y yo ese encuentro ni lo espero impaciente ni me quita el sueño. Simplemente como en un baile llevare el paso mientras pueda, y cuando ya no pueda ......, me dejare llevar.
Cuando sea la hora se morirá, pero mientras tanto disfrutar la vida hasta el minuto final como dices en tus letras que se leen con agrado,
saludos amigables
Amigo Liborio, que sepamos no hay otra salida para este sueño que es vivir. Ya lo dijo magistralmente Pedro Calderón de la Barca en su "Soliloquio: Fragmento de La vida es sueño"
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte? .... Saludos de vuelta.
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