I
45 horas a la semana
6 de los 7 días
Levantarse de noche-mañana mutilando con colmillos ciegos
el sueño que intentaba preparar-nos/entregar-nos exculpándose al lanzarnos al fulguroso día
reparar mas no pudieron, ni entregar defensa alguna
antes de alejarme en la cinta en movimiento, a completar el recorrido (espero)
volver del entierro de los días con el cuerpo medio muerto
el caminar sosegado recordando vívidos días vividos
(función decrepitante: teniendo dos décadas de vida no es extraño, el tiempo no es concomitante a la rugosidad rigurosa de porfiados poros permanentes dermatológicamente inocentes o níveos cabellos niquelados albacentes; solo es la nostalgia o en otras palabras: la que evidencia que ya soy un viejo de mierda)
y desesperar por resucitar al siguiente día bajo el programado estruendo; un ringtone del infierno, el plazo máximo ha de cumplir para levantar y bañar tu cuerpo
con pacientes energías sobrevivir a lo que los esperanzados nominan:
el mañana (siempre hay uno, horizonte inalcanzable; una sombra en perspectiva que se mueve conmigo hacia adelante, cruelmente copiando mi desplazamiento)
para algunos un nostálgico sueño libertario para los trabajadores bajos, lo ordinario, la eterna repetición de lo mismo; la rutina
(como caer en picada en una habitación despejada de espejos en bajada en cuadros idénticos donde todo reflejo, oculta lo bello, luego de eso, solo seguir cayendo)
Claro que no es vida
y lo que vida fue se pierde entre los recuerdos, y los recuerdos se esfuman entre el tiempo, de rutina y todo termina
siendo, todo un simulacro:
un país en los manuales de geografía humana, aparecen poblados sonriendo y elevando sus manos: pérfidamente queriendo decir, sólo atrevánse a venir.
todo es en el fondo un simulacro:
salvo nuestro trabajo, su golpe es más real que la misma realidad, tanto que nos envía en un lugar intermediario entre los sueños y el mundo, entre el mundo de los sueños, o entre los sueños del mundo, mientras nuestras guardias dormitaban...
zas! nos revienta la alarma, la tregua se expande por los pasillos, interiores de mi cabeza, hasta el caracol en mi oído, el yunque y el martillo, pero no la hoz, nunca la amigable arma olvidada tan extrañable...por...
las masas se adelantan através de pequeños espacios a alimentarse juntando sus cuerpos, mostrando sus garras (eso o quizás deformo percepciones, quizás estoy exagerando, eso no importa, no es relevante, el delirio de este sistema, no importa, no es relevante, ser sus víctima predilectas, no importa, calla, calla. pero, ya sentirlo habla de algo, algo posiblemente importante. respiro.) aturdido salgo, a respirar de eso no me debo olvidar, afuera, es la hora de descanso para poder recuperar las fuerzas.
para no desfallecer actuando que trabajando trabajo
II
(Respiro)
Afuera la calma, afuera la vida, siempre afuera está de uno
afuera el viento que susurra pájaros, cantando cuentos corales de parques y árboles, afuera hay un mundo
afuera llego yo, pero soy distinto, un extranjero jamás forma parte del paisaje, un hombrecillo de ciudad (hijo bastardo de la tierra)
solo vengo a pasar, sentarse en una banca solitaria, sacar del bolso un pote con tibia comida
mirar los edificios y las torres. buscar el cielo velado por cortinas de armazones, grúas y horquillas (no grullas, no orquídeas), evaluación natural de la fauna citadina.
y preguntarse profundamente
¿Cuál será tu próximo paso? ¿Qué será ya de nosotros, y de los niños hoy carne de cañon y mañana…? ¿hay mañana para todos nosotros?
como sin saborear, con el tiempo se pierde el gusto de las cosas, uno termina y se acaba. pero algo siempre queda: una pregunta.
cuestionarse si uno debe o no volver a la jaula. por su propia cuenta. imaginar las posibilidades
"casi llegan a llevarnos de los brazos los agente de la guardia, casi grito una consigna antes de cruzar el umbral y perderme en el concreto del edificio y la ciudad."
la pesadilla de ser absorbido.
pero nos tienen de los cojones, los huevos, la bolsa de los testículos, la dueña de los sistemas araña con sus garras todas las horas de todos los días, un reguero de sangre expiran nuestros poros, una caricia de sus uñas, una calmada caricia
Las nubes siguen cruzando el cielo, lentamente
En su natural bondad guardan silencio, aun conociendo el final de las cosas conocidas
“Sería más practico que me llevara un saco de dormir a mi puesto” , A ellos les encantaría la idea, ida. Pero. Trabajar 7 días a la semana es ilegal, lamentablemente
Para ellos. Para mí no es tan diferente
III
¿Antes no éramos llamados esclavos?
Recibíamos techo y comida por nuestro trabajo, protección de los invasores y dioses comunitarios
el agrio día de navidad era la festividad de la justicia incandescente, la belleza del vino, la parra y la poesía
Daban vuelta la mano, recibían los regalos de sus amos, de los perros sublimados
Las glorias de verlos caer se han perdido pero jamás será olvidadas
cada subordinado en su núcleo tiene un germen que busca el crecimiento. espiritual
la insurreción palpita, revolución irriga, rebelión expele a borbotones por cada molécula de nuestro ser
esperando ser alzadas con nuestros cuerpos en el acto, el ultimo finalizado en nuestra carnicería, malditos cerdos
mi tenedor y mi cuchillo tiene hambre de su sucia carne
si los tuviéramos de frente, dispararíamos iluminados
anónimos ficticios personajes humanizados, cabeza de calvos turco, espantacántaros de la ira, chivo rexpiratório caducados
Nosotros a ellos no los vemos, en las calles, en los sueños, viven en un mundo aparte, el de las pantallas y de las lomas inalcanzables
Dialmentralmente opuesto a quien debe volver a este momento, al trabajo sin remedio.
Y ya casi agotado, agotando la esperanza de la cual no se ha alimentado
(Pecador Claus: por favor disminuye, la carga horaria, el hierro y la plata entre el tórax y el pecho, si ha de suceder que sea sobre ellos)
IV
Espíritus de trabajadores muertos
han advertido el desconsuelo
nadie quiere seguir sus pasos
pretender morir primero
el sueldo no me alcanza
para comprarme un sueño
como una nube que va quedando estancada
sobre mí en el cielo
Cuantos ancestros caminaron antes mis pasos
cuantos mártires cayeron ante la conquistada
libertad de un indefinido y vitalicio contrato
de indignos salarios bajos
establecido por semi-seres críos, amorales, espectrales
muertos míos con respeto digo
tapen sus oídos con lombrices solitarias
sellen sus cajones con trozos quebrados de paraíso
perdido, nos vamos encallando
silenciosamente de todo en la nada
45 horas a la semana
6 de los 7 días
he vendido el tiempo que no me pertenecía
lo he regateado por comida, fría y sueños de día
dios escucháme, dios de verde presencia, propietario del poder ilimitado
de circular anverso, de rectangular reverso
maldito dios destructor de vírgenes naturales, mundos
de montes vellos, de piernas desiertas de deseo
escucha nuestras plegarias, nuestro lamentos
destrúyete a-dios de los papeles
disuélvete ahora que tu debes tú autodestructivo carácter
o espera nuestro fuego
la marcha completa de los muertos
alimentándose de sueños mutilados con colmillos ciegos
mientras las nubes siguen cruzando el cielo, lentamente
45 horas a la semana 7 veces 7
- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 25 de febrero de 2016 a las 22:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
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