...Y como una ráfaga; todo cambio.
Entre el comienzo y el final existe un gran lapso. Las despedidas no siempre son la mejor salida, pero aquí, fuera o no, era la única alternativa.
Las perdidas siempre duelen, esta en particular duele el doble.
Cabe resaltar «no fue uno, fueron dos»
y el silencio grita fuerte, la mente es como un universo de altos y bajos, con cuestiones, interrogaciones y afirmaciones.
la realidad es absoluta, acecha el cambio por aquí y por allá.
Solo mi creador conoce el profundo abandono que mi corazón siente. Es justo, todo hecho como rió tiene su cauce.
Fue como el gran árbol, cuidado y muy frondoso. «El mejor fruto jamás antes conocido» Que de pronto porque sí cosecho la fruta más podrida.
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