Alfombra vegetal, de la cuenca Amazonas;
navego por tu cauce, indómito y verde…
descubriendo los enigmas de todas tus zonas.
¡Amazonía de mi alma, mística y rebelde!
Contemplo tus tesoros, oh río caudaloso.
Gigante entre gigantes, de Los Andes al Charco
Veo en tu torrente un mundo misterioso
Selva de mi alma, de indígenas poblados
Observo tus colores vivos de esperanza
Todas tus bellezas, se propagan en tu rumbo,
Serpierte fluvial, de ritos y danzas
Maravilla mundial, pulmón de mi mundo.
Mi amado Amazonas, mi rio querido
Hoy hablan tus aguas con gritos de auxilio
Tu selva está herida, tus indios dolidos
Toda tu magia; tiene orden de exilio.
Inmenso Amazonas, mi río en delirios
Tu flora y tu fauna, son tu paraíso
Mitos y leyendas de pueblos escondidos
Simbiosis de belleza en un regocijo.
Aguas majestuosas, sentimientos cautivos
Llanto de los cielos, de tropicales delirios.
Delfines rosados, galantes, furtivos
Atarrayas fluviales de olas oh río.
Meandros caudales, de sinuoso equilibrio
Acuático canto de un viajero curtido
Al sonar las sirenas de un flotante navío
De ribas espesas, surgen caudillos.
Próvido río de bardos y dríades
fluye energía por tus venas y tribus
Bep Kororoti, de sus viajes astrales
Se hizo guerrero entre danzas y gritos.
Cantas con la selva; eternas sinfonías
Rio de grandezas, caudaloso rio ancestral
Toda tu belleza; acosada y perseguida
Toda tu riqueza en tu vientre de bondad.
El jaguar y la anaconda se sientan a tu mesa
Comulgan su existencia con las fauces del caimán
Rio de titanes, serpiente entre dehesa
En ti navega y pesca el guerrero y su ritual.
Tribus del Chingú en Kuarup de fortaleza
Danzan bajo el sol, entre lunas de marfil
Arrinconados a su voz, su pasión y su grandeza
Lejos del fulgor de tu cauce de cantil.
Solimões, Rio Negro: dos torrentes sin más vicios
Corren codo a codo, entre sombra, entre luz
Impetuoso pecho virgen de este mundo de artificio
Tu eres vena aorta de mi América del sur
Maestro de Orellana, de cómplices vestigios
linaje de tus vástagos he podido yo apreciar
Mar, temperamento que heredas a tus hijos
Te veo majestuoso, korubo; rio y mar.
Observo la pasión ferviente de tu pueblo,
Chamanes y caciques, rigurosos en su afán
Escudriñan laberintos silentes del misterio
Mientras invasores, maderas buscarán
En ti hombres de cobre, esculpidos en suplicios
Pintados con achiote y pigmentos de inmortal
Navegan por tus aguas, Amazonas, por tu río
Mientras ven que van talando su selva más vital.
Rio de esperanzas, padre de cien tribus
Junto a madre selva: tu complemento axial
Anaconda de misterios, salvaje y en peligro
Indómito y guerrero, digno en cauce astral.
Tú no quieres flores, en tu tumba, como CHICO
Tú no buscas sangre, en tu rostro más fluvial
Los zarpazos del progreso, bañan de oro a los más ricos
Vaciando el tesoro, de nuestra humanidad.
Rio moreno de sangre, teñido con llanto de niño
CHICO MENDES, ya no muere… En tus aguas sigue vivo,
entre ángeles rebeldes, entre cauchos y palmitos,
En el árbol de castaña, entre ceibas y entre tribus.
Rio de esperanzas, rio de caudillos.
En ti habita el alma del pueblo prometido.
Comentarios2
Ruego a Dios que haga el milagro de que el hombre deje a la Naturaleza en paz! (Porque el hombre por sí mismo destruirá todo, hasta que no quede nada).Qué nuestra especie algún día sentirá un poco de respeto hacia la obra del Creador?
Ha sido un gusto pasar a leer de la belleza de la Amazonía...
Saludos amistosos de
Peregrina
Así es querida amiga. De nosotros depende. Dios quiera que así sea
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