Policía de Vall d´Uixó detiene a un pececito llamado Nadie.

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Policía de Vall d´Uixó detiene a un pececito llamado Nadie.

http://www.laplanaaldia.com/la-vall-d-uixo/noticias/140553/la-policia-local-detiene-al-presunto-autor-de-un-delito-de-suplantacion-de-identidad-falsedad-documental-y-apropiacion-indebida-de-5-000-euros

Escena I.
Sonaban las campanas desde el campanario de la Asunción de Vall d´Uixó cuando se llevaban esposado a un pobre pececito llamado Nadie la policía local de Vall d´Uixó. En los agentes había un semblante triste al tener que meter al pobre pececito en el coche y que tener llevarlo donde se encuentran los grandes tiburones.

¿ Qué habrá hecho?- me pregunté cuando me crucé con ellos entrando en el retén .
Casualmente acudía no a entregarme, sino a buscar a una policía local llamada Macarena que se encargaba del cuidado y de la adopción de los perros y de los holgazanes sin oficio como yo, que tarde o temprano acabaran bajo sus cuidados.
Una autentica belleza rubia, aunque el vestido que llevaba hermanos era como para salir corriendo de allí, estaba tras la cristalera , semejante a una pecera, donde se atiende con cierta precaución a los buenos ciudadanos, y los que no son tan buenos ciudadanos. En su semblante también había una expresión compungida ,sin duda por la suerte del pobre pececito, pues bajo el uniforme siguía habiendo una mujer. Al verme espero que le preguntara. Yo contuve la respiración para poder respirar mejor en un ambiente que siendo igual de acuático que el mío, al tener menos fango me cuesta moverme con mi habitual libertad que me otorgan mis escondites donde se respira el aroma de la seguridad. Tuve mis dudas al empezar a disparar con mis preguntas:
¿ qué ha hecho ese pobre pececito que os lleváis?
Pero me abstuve ante una respuesta a lo mejor no suficientemente esclarecedora, y me limite a expresar:
me mandan de cultura para que hable con la agente Macarena sobre un tema de perros.
Ella muy amable me respondió que Macarena no estaba por tener otro alegre turno, y me ofreció información desde páginas web, teléfonos, correos, direcciones sobre centros donde podrían ayudarme.
Salí como entre, libre.
Pocas personas de mi entorno podían decir eso, aunque no era muy optimista en mi pronostico a largo plazo, pues sabía por experiencia como acaban los que van como yo por el mundo, chafados por alguien que chafa más fuerte, y a este le chafa otro más fuerte.
Yo ya había sobrepasado los límites de los pisotones y eso me hacía en cierto modo muy desgraciado al no poder progresar. Quizás mi propia incompetencia para el crimen que venía todos los días a visitar mi mente me hacia resistente a cometerlo.
Todos mis intentos criminales hasta ahora habían sido un esperpento y en el mundo criminal de vall d´uixó nadie quería participar conmigo en un atraco a una gasolinera presintiendo que no acabaría bien el asunto. Se decía por el barrio que si yo lo organizaba aquello acabaría en cárcel.
Estaba pues alejado del sindicato, podía ir con matones, chulo putas, traficantes, se me permitía escribir sobre ellos, contar lo que hacían, pero en ningún modo debido a mis torpezas podía participar.
Al pececillo detenido no lo conocía, cosa extraña, pero no tardo en saberse que paso y fue esto.
Escena II.
Suenan las campanas desde el campanario de la Asunción cuando bajo una ventana apoyada en su carrito de la compra vacío llama a voces a su madre para que baje la buena de Lucía.
Buenos días Lucía- le digo yo.
Buenos días Angelillo- me responde. ¿Te has enterado de la noticia?
Yo sorprendido me paro.
No.
Ella amable y agitada como asustada me la cuenta.
Han detenido a un chico joven, donde iremos a parar, por hacerse pasar por otro hombre y robarle el dinero sacando con su tarjeta de crédito su dinero, lo están diciendo por la televisión. Afortunadamente una servil cajera del banco alerto a la policía local que lo detuvo infraganti. Le está bien empleado por fingir ser otro.
En seguida recuerdo al pobre pececito de ayer, ya se lo que ocurrió: que estafó a otro pececito, que a su vez era estafado por otro,  y todos ellos eran estafados por los grandes peces. Me lamento al saber los hechos ocurridos de no haberle pedido un autógrafo.
Cuanto lo siento Lucía- le digo con voz triste- yo vi como se lo llevaban, casualmente paso por mi lado cuando eso ocurría, iba con la cabeza hundida, y unas palabras de ánimo por mi parte le podrían haber ayudado.
Ahora lo importe es pedir al rey que lo indulte.
Si el rey no lo hace, probaré con el Papa.
Así termina la escena.
Y ahora ser justos conmigo hermanos, y pedir al fiscal y la juez de nules que sean clementes, que comprendan que los que más roban son los de arriba, y nunca les pasa nada.
Angelillo de Uixó.

  • Autor: Angelillo de UIxó (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de marzo de 2016 a las 08:17
  • Comentario del autor sobre el poema: la siguiente historia ocurrió, así iba a la policía local de vall d´uixó para hablar de la adopción de unos perros y me encontré a un chico detenido, un pequeño pececito, que va a ser devorado por los Tiburones. Ésta es la historia de un pez llamado Nadie.
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 5
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