Ya no da frutos la marchita higuera
ni despuntan los campos sus flores,
ya no sonroja la joven que fuera
la novia soñada, de eternos amores.
Y ya muerto los mimos primeros
de las cariñosas manos de un padre
y ya cadáveres reposan los besos
de los labios de la santa madre.
Un bostezo y el alba declina
la flor de la juventud torna somnolienta
y la dulce voz de niño serpentina
muere junto a la inocencia difunta.
Y ya se alejan los suspiros aquellos,
ya reposan cansados los sueños
y resurge como el aullar de los perros,
un grito de paz, al silenciar los rezos.
- Autor: El último Adan (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2016 a las 13:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
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