Ya no hubo más atrasos
no hubo más amarguras
llegó el amor para quedarse
y llegó con nombre de poeta.
Y mi pluma volvió a tener empleo
y fue la sonrisa de su Musa,
su mejor salario.
Comencé a escribir a diario,
volqué mis pensamientos,
fluyeron mis sentimientos,
afloraron al alba
y descansaron por la noche
en los bordes de tu almohada,
mientras los bañaba tu cálido aliento.
Mi verso se convirtió en ave
Y de entre la bandada
busqué tu ventana
me separé, bajé
y picoteé tus cristales.
Allí estaba yo
viéndote dormir
adivinando tus sueños
y queriendo penetrarlos.
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
11 de marzo 2016
- Autor: Alma Erótica de José Luis Agurto Zepeda (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2016 a las 15:52
- Comentario del autor sobre el poema: Para mi musa. Besos poeta mía.
- Categoría: Sin clasificar
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Comentarios1
Hay un sol de resplandores renovados,
que un beso nuevo a tus auroras les entrega
y las amarguras parten sin dejar sus huellas.
Se despereza el dormido verso
en tu piel renovada de poeta ,
afuera te espera un lienzo
para pintarlo de inéditos poemas.
Y vuelve el sentimiento a navegar
en tus venas de poeta,
y la almohada se preñó de poesías
arropada por el tibio aliento
de las caricias.
Empujado por el deseo de escribir
fuiste ave que le canta a la musa en su ventana .
Y encontraste el remanso que necesitabas
compartiendo sueños a estrenar, con tu amada.
Eres un ser tan especial mi querido José Luis . Gracias por ser una persona tan transparente .
Eres ese sol que añoré ver despedir a mi alba...comprobé así que hay sueños que se cumplen
Un beso ...admirado poeta querido
Ese beso lo recibo con el mayor de los placeres
y buscando entre mis saberes,
la palabra, el verso que te llegue,
en el que de una vez te entregue,
mi nombre, mi cuerpo, mi alma y mi mente.
Besos mi amada y admirada poeta.
Aquel día que volviste a escribir
y que el nuevo fuego de tus poesía
encendía mis candelas
miré al cielo vestido de luces de porcelana
y me cobije´ en tus brazos
y me alié a tus versos
y sentí que yo respiraba
un aire distinto un aire que me apasionaba
Almas gemelas
Amada mìa,
¡Qué dicha saber,
que de mi alma,
tu alma es gemela!
¡Qué bueno es saber,
que como en mí,
tus ansias tiemblan,
qué trémula, temblorosa,
deseas como yo,
el roce de nuestras bocas!
¡Qué dicha saber,
que mi alma,
al fin
encontró
su alma gemela!
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
13 de marzo 2016
(14:33 pm)
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