La noche estaba dormida,
La luna la adormecía,
La cantaba cantos locos
De tristeza y de alegría,
Y las pasiones oscuras
De dolores y de penas
Se ahogaban hasta la sombra
De la luz de las estrellas.
La noche estaba dormida
En un bosque de eucaliptos
Y los hongos escondían
Enanos libres y gordos
Mientras los sapos cantaban
Y las ranas respondían
Una canción mexicana
Que ninguno conocía.
La noche estaba acostada
Y su panza se arrimaba
A la luna y a la cuna,
Al chocolate naranja
Y a los zapatos brillosos
En cadencias liberadas.
Cada vez que te veía
Me acordaba de los yuyos,
Los quesos y las comidas
Con arreglos de aceitunas,
Y un plato lleno de fruta
Adentro de la cocina.
- Autor: Lucy (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2016 a las 23:05
- Comentario del autor sobre el poema: Lo escribí en algún campamento, cuando todavía teníamos la casa rodante con paredes de lona. Muy pacífico y relajante, me hizo acordar de los eucaliptos que llevó Sarmiento Argentina desde Australia, hace casi dos siglos atrás.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 66
- Usuarios favoritos de este poema: Edmundo Rodriguez, Juan M. Gámez Ortiz
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