Cada tanto sin quererlo
Te escribo estos versos sueltos,
Los escribo en la vereda,
En la calle y en la tienda,
En el café de la esquina,
En la cama o en la pierna,
Los escribo de parada,
De sentada y para arriba
O de costado inclinada
Sobre el borde calentito
Del fondo de tu barriga.
Cada tanto despacito
Salgo corriendo en la noche
Y me pongo a hacer las compras
Porque faltaría el tiempo
De hacerlas durante el día,
Demasiadas cosas juntas,
Obligaciones y risas
Que no ayudan al cerebro.
Cada tanto sin saberlo
La luna se pone nueva
Y me mira desde lejos
Sobradora y querendona
Sin perdonarme el secreto
De verme sola y sin tino
Buscando tantas excusas
De alguien que ya no estimo.
Cada tanto y de repente
La luna se pone vieja
Y se esconde entre las nubes
Mientras yo me quedo ciega
De mirar siempre hacia el cielo.
Cada tanto y sin quererlo
Los amigos me recuerdan
Años de tiempos pasados
Cuando quedabas despierto
Mirando el cielo conmigo
Con ojos llenos de estrellas,
Añorando juventud
En el medio del desierto.
El peso de alguna culpa
Que no sirve para nada
Me revuelve las entrañas
Mientras me pongo mimosa
Buscando palabras sabias
Que digan que soy odiosa.
- Autor: Lucy (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de marzo de 2016 a las 20:33
- Comentario del autor sobre el poema: Voy a irme por unos días a pasear en un crucero por el mar Caribe. Como es tan difícil recordar la clave para entrar en el sitio de Poemas no voy a escribir por casi dos semanas hasta volver para Pascua, ¡felices Pascuas! Aunque no escriba me voy a acordar de ustedes, el ritmo de una nave de recreo como son los cruceros no me inspiran, son demasiado burgueses supongo... no se olviden de mí por favor, los voy a extrañar lo mismo...
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 89
- Usuarios favoritos de este poema: el poeta del abismo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.