Cuando levantas tu mirada hacia mí…
tan sumisa, tan condescendiente, tan de niña,
decorosa como la reverencia de las olas al sol,
transparente como el brillo de la luna sobre el mar,
siento en mi corazón titilar un vértigo de estrellas
y tus ojos en mi se vuelven halos de ternura infinita.
Cuando levantas tu mirada hacia mí…
reverencial, acompañante, misteriosamente mía,
veo en ella la luz devocional
de quien busca en lo alto a Dios Padre.
Cuando tu cabecita me mira siempre desde abajo
siento que mi amor se inunda de eternidad,
como el del Creador hacia la criatura.
Una luz esmeralda invade mi alma
y mi compostura se vuelve agonía.
Me consumo de ansias por ceñirte exaltadamente
en el fuego sagrado de mi calor paternal
que es un ahogo en mi garganta… cuanto me miras.
- Autor: Heliconidas ( Offline)
- Publicado: 14 de marzo de 2016 a las 22:35
- Categoría: Amor
- Lecturas: 153
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Rec, Cock, ks, kavanarudén
Comentarios2
La mirada de una pequeñita siempre dirá más que mil palabras. Y su además añade el consabido "te quiero", el momento no tiene precio. Muy hermosos tus versos amigo Heliconidas. Recibe un saludo.
Gracias, Rafael... Realmente es así como vos decís. Existen momentos compartidos con los niños que dejan una huella imborrable en el corazón, ya que la ausencia total de "filtros" hace que todo aquello que hagan y digan, sea en pura esencia. Lamentablemente, al ir creciendo, nos vamos “acorazando” y vamos perdiendo cada vez más la capacidad de asombro y nos desvinculamos del presente, del día a día y sus migajas de milagro. Muchas gracias por tus palabras.
Precioso, tierno, paternal.
Un poema pleno de sentimiento.
Un gusto, un placer leerte poeta, sobre todo al comenzar esta jornada.
Un abrazo de amistad.
Kavi
Muchas gracias, Kavi, por tus emotivas calificaciones. Otro abrazo de amistad para vos, sin tiempo ni distancia.
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