Soledad de soledades
No puedo hablar con nadie, mi soledad me llama,
no puedo enamorarme, mi soledad se enoja,
no puedo darte un beso, ella no quiere,
no puedo despedirla, no permite que esté solo.
Así es que no me busques, que ella me ata
a sus tinieblas altas, a su foso,
así es que no me nombres, que ella tapa
mis oídos y mi boca con su venda,
menos me circunscribas, que ella rompe
todos los corredores porque nadie de conmigo.
Entonces me despido, nunca hablamos,
entonces ya me alejo, nunca vine
y si a ti te parece que me has visto
es sólo tu soledad, que, cual la mía,
siempre juega a confundirnos, por no hallarse
sino sola en nosotros, ya distantes,
ya extraviados, ya sencillamente solitarios
y de su parte cada día y cada noche de esta vida.
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17 03 16
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Autor:
Óscar Pérez (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 18 de marzo de 2016 a las 00:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 105
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Offline)
Comentarios2
Muy bueno tu escrito poeta.
Cuando la soledad se adueña del alma, nada ni nadie la puede sacar.
Excelente.
Saludos.
Una soledad egoísta. Solo quiere atenciones para ella misma. Tus letras siguen siendo brillantes.
Un abrazo
Feliz fin de semana.
Ringo
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