Tomé tu rostro con mi mirada
y me quedé en él…
y la mansedumbre de tus ojos
acarició la silueta de mi alma.
- Autor: Poemas de Pepita Fernández (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2016 a las 12:29
- Comentario del autor sobre el poema: Hay rostros que viven en nuestra mirada siempre. Mi abrazo a todos los lectores .
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Poemas de Pepita Fernández, kavanarudén, Alberto Dante, Beatriz Blanca, & Eugenia &, Alma Erótica José Luis Agurto Zepeda.
Comentarios11
Sutil y profundos versos, feliz dia un plcer leerte, abrazo Pepita.
¡Bello!.
"Atrapada en mi rostro te quedaste
y la indisciplina de mis ojos se aposentó en el fondo de tu alma."
Ricura poética breve.-
Un recorrido corporal para un final espiritual. Sigues manifestando lo magistral de tu pluma.
un beso con el alma.
Fresco, puro, sentido, hermoso.
Una sensaciòn de paz, de sosiego deja en mi alma este breve poema después de haberlo leìdo.
Un placer
Kavi
"Me quedé en él "(rostro)
Qué bella poesía, amiga
Abrazos con todo mi cariño.
Sublimes letras, preciosas, suaves, un amor y ternura maravillosos.
Un abrazo siempre amiga y mi corazón va con él.
Sutil belleza que atrapa.
Un abrazo.
Qué fortuna poder extasiarme contemplando tu bello rostro, cautivante tu cálida mirada, tu tersa tez y tus vivos ojos, y tus guiños tan traviesos excitantes y con reboso.
Vaya mirada profunda que te dejó anonadada Pepita!!!!!!
Un placer leerte.
Cariños de Inesita
Es tan breve y tan profundo. Hermoso
Fresca tu alma acarició la mía...
y en mis pupilas se leyó,
la alegría que producía.
Volqué mis anhelos sobre tu nombre
y regresaron a mí las inquietudes:
"¿Me ama, no me ama?
¿Me ama, no me ama?
Miré al cielo y en una nube vi tu rostro,
sonreí y entonces comprendí
que el cielo me gritaba una señal:
"¡Te amaaaaaaaaaaaaaaaa!
Deshojaste al cielo cual una margarita
y en el aire te llegó la respuesta.
Fue el latir de mi alma
quien dibujó en el firmamento
arabescos de mi amor
que se tatuaron en tu pecho.
Y hubo un grito más alto que el cielo
un grito que decía que yo te quiero.
Y escribiose tu nombre en mi pecho
y en cada latir mi corazón,
con rítmicas sílabas decía:
Pe - pi - ta
Pe - pi - ta
Pe - pi - ta
Pe - pi - ta
¡Ah, y te llevé en mi mente
grabada para siempre!
¡Ah, y te llevé en mis manos
que acarician el momento!
¡Ah, y te llevé en mi cuello,
que anhela el roce de tu cabello!
Y te llevé en mis labios,
que pronuncian tu nombre:
Josefa Teresa Fernández Cobos.
VIAJE INESPERADO
Y pude hacer un viaje inesperado,
un viaje que desenfrenó más locuras.
Desde tu pecho me empujaron
los latidos de tu corazón hacia tu mente ,
allí me tatuaste con tus deseos.
Corrí por las palmas de tus manos
y tu cuello fue sendero de mis cabellos.
Me quedé en el sabor de tus labios
que me llaman… ¡Estando yo en ellos!
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