Espinosamente nace el niño
Se nutre y transporta por caudales perdidos
Va encontrando sus raíces, formando sus vástagos
Esparciendo semillas, fructificando a los suyos
Sin controlar el indomable amor de la inocencia con la que nació
Hasta dando a otros de su néctar, de su esencia
Va creciendo, va enredando sus arbustos perdidos
Va buscando encontrarse, cayendo a un lodo infernal
Sus hojas arden, la marga se seca
Sin aliento busca una orilla de que alinearse
Aúlla de sed, de la delirante locura que el extrémese su desventura
Busca respuestas pero el solo siente su óbito
El chillido más silencioso y lento que se escucha
Muere la tierra en su juventud eterna
Así la sentimos cuando empezamos a vivir la
En que parte el amor se volvió la nada de ese todo que nos forma?
- Autor: Eugenia (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de marzo de 2016 a las 13:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: andres fernandez ruiz, nelida moni, Edmundo Rodriguez
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