Tu voz fue de Nereo, de un arrullo
que durmió la marea más temida,
tus manos como espumas de un capullo
para verme en la arena florecida.
Mas ¡ay! se desató tu enhiesto orgullo
y le diste a mi barca una abatida;
si la chusma es feroz con su murmullo
más cruel es el adiós de tu partida.
De abismos y zozobras no me canso:
que no se acabe nunca el mar de leva
con brumas, vela loca y brujuleo.
Porque no hay tempestades sin remanso,
ni se esconde el halcón en una cueva
cuando la mar lo moja en balanceo.
Mariluz Reyes
Nereo: Dios de las olas del mar.
- Autor: Marah ( Offline)
- Publicado: 23 de marzo de 2016 a las 05:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: andres fernandez ruiz, nelida moni, Armando Luna Pineda, David Arthur, shoss
Comentarios3
Excelente soneto,
ni se esconde el halcón en una cueva,
bella frase de motivacion,
saludos
Abrazo y bendicion.
Un hermoso sentir amiga.
Saludos de distancia,
David
Precioso soneto, amiga. Felicitaciones.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.