La noche musitaba en secreto,
Aquello que callaba con esfuerzo.
Siseaba las vocales de la luna,
Apenas cobijada por la bruma.
Contaba incontables a los astros,
Estrellas exhalantes del espacio.
Pintaba de color casas marchitas,
Tan viejas como viejas las angustias.
Guardaba las palabras con apuro,
Con duda si sería mejor ser mudo.
La noche silenciaba casi todo,
Seguía los caminos del juicioso.
Y todo sin embargo pregonaba,
Gritaba los impulsos de mi alma.
Mis ojos no miraban, decían te veo,
Con un rictus propio de embelesos.
Mi boca te había dado mil besos,
En un mundo lejano y paralelo.
Mis brazos ya estaban en tu talle
Y tú estabas cerca, pero distante.
La noche sin palabras decía todo,
Decía que te quiero en mi tarde,
Decía que la luz canta en el toldo,
Decía que quisiera al fin besarte,
Decía que el silencio es promesa
Del cálido amor del alma entera.
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