Ayer me dijiste adiós
luego de buscar con tu boca
los trozos de amor que dejaste en mi cuerpo,
te los querías llevar
para dejarme sin nada.
esos últimos segundos de nuestro tiempo
quedaron inmarcesibles en mis ojos
porque miraba el reloj con miedo,
como cuando el niño ve a su perrito enfermo
y sabe que cerrará sus ojitos para siempre.
Era inevitable...
Ayer me dijiste adiós,
y sopesé el daño con los años,
y el ángel negro me sonrió,
yo me encogí de hombros
y sólo pude llorar,
observando con clarividencia
una profesión que me fue asignada
como preludio de mi karma:
extrañarte para siempre.
Ayer me dijiste adiós,
y antes de que me robaras tu amor
con tus últimos besos,
dejé anclado en tus labios,
la gota de lluvia en tu cabello;
el beso en el parque aledaño;
las estaciones del metro;
el cuchitril de cerveza;
tus gafas gruesas;
y la locura de promesa:
“Nunca te dejaré sola”,
Y ahí me quedé contigo para siempre.
- Autor: Matsuo Blaine (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de marzo de 2016 a las 02:09
- Categoría: Amor
- Lecturas: 54
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