Hurgando entre sus libros se topó con una genia. No necesitó frotar una lámpara, ella vivía entre las páginas. Viajaba entre líneas, sin detenerse. De Baudelaire a Nietzsche y de Maquiavelo a Saint-Exupéry, pasando por la mitología griega hasta llegar a Coelho. De cada parada hacía suya una frase y la convertía maravillosamente en un texto. Su creatividad no tenía límites, como su conocimiento y la buena memoria. Para exponerlo a veces salía a la superficie y otras veces pasaba días enteros esperando una mano que la rescate. Aunque no con todas tenía la misma suerte, algunas se asustaban y la lanzaban al vacío. Sólo cerraba los ojos para que fuera su oscuridad y poder reconocerse. Esperaba, hasta que su luciérnaga fiel le acercara la luz que le permitiera visualizar la salida. Él le pregunto si su poder era el conocimiento o podía concederle algún deseo. "Pídeme lo que quieras", le dijo la genia generosamente. Él le pidió que ella fuera real. Cuenta la historia que desde entonces no se separaron.
- Autor: SRP (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de marzo de 2016 a las 19:28
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Ro Vercelli
Comentarios1
Chapó
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