Corriente de lluvia.
Un riachuelo amarillo por el frente pasa
cada vez que llueve
pasa ese caudal pasa
amarillento pero fresco,
es fuerte y no es constante
aparece en frente cuando llueve
los barquitos blancos de papel
los que allá se mojan por la lluvia
que por su velocidad
y una nostálgica agonía
agobian ya en mi memoria,
la distancia
la del tiempo ido,
y tan ido yo me elevo
y tan lelo yo me enredo
en el caudal que yo me leo.
ido, ido y lelo yo
ido yo de niño y no enfermo
una calma de la cotidiana
vida lenta que se revelaba
se me revelaba y yo meditaba
una nada nada
que me amaba andaba
nada de la nada en que nadaba
la comida con su dicha que es ausente
riachuelo amarillento que me envuelve
en ausente que me vuelve todo un ido
que me pienso en nido y tan herido
con los míos herido y tan heridos
del comer ausente
de sospecha hiriente
que ha sufrido
que lo olvidan gentes
con alegre olvido
de un edén de niño
olvidado en frío
de calor vencido
de normal la vida
la garganta y el silencio ahogan
paralizan frío aunque refresquen olvido
del calor que se sabe, pronto volverá!
del calor que anunció su permanente intensidad
al anunciar la lluvia, el riachuelo que me va
melancolía vida que vacía y que normal
cotidiana y lenta
mi mirada eyecta
con la corriente el vahido mudo no se va
y la infancia arriba a levantarse irá
entreverada y tierna sin saberlo crecerá
como ventana de una nueva transparencia viendo
lo que vive aquel ambiente que en el tiempo viendo
el oscuro su mensaje amenazante hirviendo
nubarrones grises plomo oscuro haciendo
sin creerle aún que agua cargaban lloviendo
las tristezas miento
son los miedos vientos que mojan la tráquea
sin creerle yo en su movimiento yerto
su avecinamiento intenso
con su ventarrón inmeso
en mi garganta ahogan con seco silencio
escalofrío ciego, el abandono en huesos
que paraliza fríos aunque refresca olvido
del calor que sabe pronto volverá
el calor que anuncia permanente intensidad
al anunciar la lluvia, el riachuelo
aliviará…
mi soledad embriagará.
Realidad de abandonos
De los míos, sus hambrunas
Y perezas flojas, sus congojas donan
Y sus goces frescos
Con la corriente van
Sus afectos neutralizaran
Entre hermanos luchaarán
Se negarán se anegarán
De soledad unos a otros maltratarán
de la lluvia de desidia se herirán,
de egoísmo trueno se querrán ahogar
De la lluvia triste de su triste soledad.
que Se va, se va que yo quiero que se va,
en el río revuelto que la lluvia irrumpirá
y es que quiero irme y creo que me llevará
Riachuelo fresco de calor y tan fugaz
De amarillas turbulencias se que tú me traerás
Me volverás
Para aliviar
Para aliviar mi soledad.
- Autor: rafaelqmas ( Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2016 a las 01:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 87
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON
Comentarios1
Amigo, ese riachuelo amarillo colmado de lluvia siempre se hace presente en nuestras vidas. Él trae y lleva de todo cuando hacemos navegar nuestros ilusionados barcos de papel por sus aguas turbulentas o calmas.
Hermosos y profundos y conmovedores versos.
Gracias.
Purenino
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.