Me rodean páginas paganas, extrañas esperanzas que buscan
oscuros resultados, que sin haber llegado no puedo negar;
la certeza de dioses paganos que duermen a los costados,
visitan la fe para sacrificarla en mi templo de miedo y piel.
Soy un buda estático, meditador de tiempos peores; no
llevo en la palma de la mano un loto, llevo los
cristales de ojos rotos de dioses mayores. Un buda
que encuentra en el pensar la guerra y no la paz; gordo
por una compulsión hacia los derroteros de la gloria, obeso,
hinchado, lleno de gritos.
No llevo cruzadas las piernas, ni los ojos cerrados.
Soy el terror sagrado, los ojos abiertos e irritados de mis
"yoes" pasados; llevo cruzados el tiempo y el alma, huyo
de la calma en dirección al ansia. Soy un buda, el anticristo
que reposa en tierras ocultas, las penumbras a las que se
dirigen los sabios, los valientes, los aventureros, los avaros;
soy su horror, la razón por la que huyen del mutismo.
El buda de un tiempo moderno y un pasado violento; el compañero
de dioses hambrientos que alimento para beneficios de ellos.
Soy la derrota, soy la plegaria que mato cuando todo se agota.
- Autor: garcia.es.ruben ( Offline)
- Publicado: 29 de marzo de 2016 a las 15:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
Comentarios1
Un triste manifiesto del ser, precario
en la acción pero no en la conciencia
Saludos
Nélida
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