¡Oh amor divino! que desde lo alto desciende
esa brisa calurosa que en sus alas me alude…
ese suspiro celestial que solo mis oídos perciben,
con todo lo bello que ha creado me ha apresado.
En tu mano he puesto mis ensueños delirantes;
así mi corazón despierto en tu amor se desatina,
aquella gota de tu preciosa sangre esparcida;
en mi cruel corazón anhelante se ha esparcido.
En la senda tan visible que tú mismo nos dejaste,
Incontenible ternura de lisonjas he encontrado.
Ese amor bendito que del mismo cielo ha bajado,
con sus tiernos lazos de amor, ¡me ha cautivado!
Desalmado castigo obtuve por mis imperfecciones,
¡cual miserable yo,! cuya sentencia era mi muerte.
Tiernamente mi irremediable caso has revisado;
por amor a mí, en esa horrorosa cruz te entregaste
Amor divino que no mira mis errores retrospectivos,
¡Oh cual miserable impenitente por naturaleza…!
Por galanura y misericordia he sido perdonado,
Y hoy privilegiadamente… solo anhelo adorarte.
Derechos reservados Elias Lucas 2016
- Autor: Bendecido (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de marzo de 2016 a las 16:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 140
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, Myriam Estrella B, angeldelanoche
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