El pueblo era una marca en el tiempo,
profunda y circunstancial como las heridas
que cierran su boca de vez en cuando,
para advertir que la noche en la memoria
alumbra la desazón.
Así nos acostumbrábamos al sueño largo,
al tranco lento, y a combatir las horas
con una vejez profetizada, desposeída
del fresco de la sombra en el pedregal,
digamos, una nueva antigüedad.
El sol nos iba creciendo casi sin brillar,
y a poco, era una mole de la altura
pesada y cancerígena en la soledad
de los patios poblados de hornos,
y gallinas como malvones.
Era verano, y también era la luna llena,
como que a veces, era otra nostalgia
bailando escurridiza en los vaivenes
del trompo y la hamaca de rueda,
cansados de tanto morir.
Venga a nosotros el río
así en el tiempo como el recuerdo,
venga a nosotros el cerro
con un poema de uranio
y una lágrima de espuma,
para saldar la congoja
de tanto abuelo perdido,
y que se haga la voluntad;
la de ustedes y la nuestra
de vivir haciendo historia,
y de saber que estamos vivos
Rezábamos la noche detrás del vino,
como embrujados por la jarilla ausente,
como detrás del galope de un centauro
propietario alado del sur y del oeste.
Rezábamos y era costumbre no volver
sobre los rastros quietos de la esterilidad,
porque la noche era un misterio de ida
profundo y santificado desde la muerte.
De arriba nos contemplaban los más ancianos,
de abajo los jóvenes no nos comprendían,
como si alguien hubiese encendido una trampa
para encerrarnos, para volver a callarnos.
O tal vez como si alguien con el pulso muerto
hubiese afirmado que ustedes y nosotros
no podríamos ahogarnos en la vejez
o en la serena firmeza de los recuerdos.
Perdónanos nuestras deudas
como nosotros aceptamos
el manejo y el despojo
que nunca nos preguntaron,
y no nos dejes a la deriva
como a los camalotes,
en la angustia renovada
de este absurdo anecdotario;
líbranos para ser libres,
y no nos dejes caer
en el abrazo distante
de no volver a encontrarnos.
Miguel Hernández De “La Creciente”
- Autor: miguelhernandez ( Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2016 a las 01:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Dulce
Comentarios1
Tiene nostalgia, generosidad en la mirada, naturaleza viva y una plegaria nueva, te felicito, saludos.
Muchas gracias, Dulce. Saludos.
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