Nunca supe
De que álgebra
Encuadraban tus pasos;
Mecánica cuántica en el lumen de tus venas;
ritmo acelerado que escuche como estetoscopio
En tu pecho sereno.
La deducción de uno
Me resulta uno;
Aun sigo multiplicando con mis dedos,
Tronándome los nudillos
En estas horas que lapsan el tiempo
aumentando arrugas
en la cascara tangible de mi cuerpo.
Sé ,
Se que restas mi amor
en el Abaco de tus manos,
Yo sin embargo he multiplicado
El recuerdo de tus besos
Que anidan en la comisura de mi boca
Para aprender uno a uno;
el sabor que dejaron al partir.
El día de mañana
oirás las mismas campanadas
que sonaron diestras
en el tímpano rítmico de tu oído,
voz que fue sonido asustado;
amor amanecido tras la somnolencia
de tus caricias infinitas.
hoy no brilla el sol,
¿esta acaso dormido?
y se me encaja en al alma
la sed de tu voz .
dime,
¿en que minuto te escondes?
¿en que astro vive tu alma?
¿que pecho alegran tus risas?
Dime, la hora de tu venganza
¡flor del trigo, coqueta y asustada!
¿cuando fue la ultima vez
que enderece mi cuerpo
sobre el oro de tu grano?
¿cuando la ultima vez que erguí mi voz
acurrucada a tu mano?
¿acaso hubo tiempo profano?
¡quien no te vio!
no ha visto la gloria
¡quien no erizo siquiera sus ojos
ante el esplendor ardoroso de tu presencia!
ha vivido su minuto vano
aquí;
aquí en este monologo
vive reflejada mi alma
ante esta piedra celeste
ante este plural de palabras,
acaso vanas.
Neón de luciérnaga perdida.
¡aquí!
se asoma lo que queda de mi.
¡mírame!
¿que te ha hecho la vida?
¿que espejea tu rostro?
¡que marca del tiempo en tu cara!
sonido leve de ansia, en tu corazón todavía.
Casi, suspiras
mustia, como la mañana;
tu sonrisa, viva refleja,
…vencida.
Yo no he visto;
carmín de labios, pupilas recias,
alas de amor tan resueltas
canción de canarios en otras ramas.
¡Yo!
Yo, no los he visto.
Cada poro de tu piel es luna y estrella,
Chasquido de flor desde la rama
en agua estancada, tu beso;
Preguntan aturdidos los fulanos
¿quién?
¿cómo?
¿de donde?
El origen de ella.
…Que Importa
¡que tarde tan extasiada!
¡que olor a poema, tu cuerpo!
¡que locura de orate!
¡que hora de canto!
¡que rezo!
Yo me excomulgo.
Mi culpa
Un cenobita a tu amor; profeso
¡y te amo!
Autor Hilario de Jesus Esteban Lopez ©
- Autor: Hilario Esteban ( Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2016 a las 18:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios2
Muy lindas letras . Felicidades.
gracias amigo por su comentario, un placer saber que le ha gustado.
saludos!
Muy bueno, poeta.
Intensas y muy originales letras, que es un placer leer.
Saludos.
Mary.
Hola, Mary gracias por su comentario, un gusto compartir mi humilde poema, que nace desde mi corazón.
Saludos siempre bienvenida!
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