Dentro de este ataúd negro y sombrío,
Con los brazos cruzados sobre el pecho,
En espera que me lleven a mi lecho
Bajo el terreno rocoso, árido y frío.
Observo a mis amigos y parientes
Haciendo, algunos, gestos de dolor y pena,
En cambio veo a otros pasar con actitud serena.
Y a otros más los veo pasar indiferentes.
Desfilan, uno a uno ante mi cuerpo rígido y vacío,
Esparciendo, sobre mi, su bondad o su veneno,
Una maldición o una oración, con la mirada al cielo.
Y al verlos, (en espíritu) me complazco y me río.
Y ante tanto acto teatral me horrorizo y pienso,
Como existe en el mundo tanta hipocresía,
Mientras viví, jamás cuenta me di… quien lo diría,
Como pude en vida ser tan ignorante y menso.
Aquel que dijo amarme, resulta que me odia.
Y quien creí que me odiaba… demuestra lo contrario.
Me asombra como puede montar esta parodia
La humanidad que marcha por la vida enmascarada.
Solo al morir y ver las cosas como son, nos damos cuenta
De la verdad que cada uno de nosotros muestra,
Al convivir con los demás, en forma descarada.
- Autor: Amigo de la luna (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de abril de 2016 a las 11:39
- Comentario del autor sobre el poema: Que hipócritas somos en esta vida.Nos muestran una cara aquellos que dicen amarnos y, solo al morir nos damos cuenta de sus verdaderos sentimientos.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios1
el mundo en tus letras no se puede pedir mas de esta humanidad que anda sin sentido solamente viviendo su egoismo,
saludos amigables
Muchas gracias amigo Liborio por tu comentario honesto y sincero.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.