Yo soy bueno, Padre,
aunque haya tirado piedras
a mis amigos y hermanos,
aunque levantase alguna falda
Con permiso de mis manos,
aunque abriese la jaula
y estrangulado al canario.
Yo soy bueno como esos
que van a misa a diario,
lo único que me diferencia
es que en vez de rezarte, te hablo.
Te hablo sin mirar al cielo
porque allí sólo hay nubes y pajaros,
te hablo de cuando la vida
me halla tomando un mal trago.
La cruz en la cual padeciste
golpe de lanza y de clavo,
la llevo ahora en mis cuestas
mientras camino sangrando.
Porque sabes mi buen Padre,
yo también me siento humano
aunque a veces me olvide
de no apedrear a mi hermano.
Te ruego que me perdones
Por ser un cobarde o gusano,
que mienta, que robe o que mate
tras escuchar al diablo,
y si al infierno me envías
sé que lo tengo ganado
pero sólo te pido una cosa:
que me escuches algún rato.
- Autor: francisco de nerval ( Offline)
- Publicado: 17 de abril de 2016 a las 20:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 249
- Usuarios favoritos de este poema: Lebusla, Dulce
Comentarios4
Cosas de ateos jaja risas,,,
hay días en una no sabe quehacer mas que creer en el mas allá.
Espiritual, el Padre ante quien se declara bueno, escuchará.
Mi saludo.
Eso del canario no tiene perdón (sonrío) a ese infierno iremos tantos, encantadora tu poesía, seguro que te escuchará un rato más, saludos
el padre que nos escucha aunque seamos ingratos si lo buscas de corazón el te escuchara como un gran amigo
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