Sol que cauteloso avanzas
hacia el ocaso de un día cualquiera
pasando de la realidad a la quimera
y dejando luego del fuego, brasas
La montaña a tu calor no se resiste
y al mar una alfombra le tiendes
y con tanta belleza, a mil ojos quisiste
brindarles la pasión o la tristeza
En tu partida el arco iris te llevas
apagando el color de la tierra
pero siempre dejando tu huella
en la noche, con la luna y las estrellas
- Autor: Fabio Robles (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de abril de 2016 a las 18:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 77
Comentarios2
A pesar de lo inevitable, la esperanza presente. Me gustó. Abrazo.-
Excelente percepción y enfoque del poema. Gracias
Un gusto que hayas leído este ocaso que más bien el inicio de la bella noche. Un abrazo
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