A veces el vacío se hace más intenso y la soledad se presenta en el medio de la muchedumbre. Todos miran y ninguno te ve. Pasan o se dejan pasar en esos no lugares, donde todos llegan, confluyen y se ignoran. Cada uno inmerso en su red. Virtual o real. Y él, iluso, la echaba de menos. No se dio cuenta que se quedó en la estación anterior, en la que los amores no eran líquidos. Alguien lo advirtió y se sintió apesadumbrado. Como Capote, se puso a escribir porque las palabras siempre lo han salvado de la tristeza. Por eso, se dijo, insisto...
Comentarios1
Es cierto Sergio, hay que insistir hasta que salga la última gota de tinta, saludos
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