La célibe muchacha de bruces en su pecho,
de un franco desengaño mi mente quedó presa,
truncados mis anhelos quedó mi ser deshecho,
buscando en los recuerdos de toda su promesa.
Curar pretendo a solas el cínico despecho,
no creo que otro silfo me dé la unción, pavesa…
y quite las heridas con nuevo tornalecho
ni sea de los cielos la más feliz sorpresa.
Al fin sigo la senda con vendas en mis ojos
haciendo mis orejas más sordas y galindas.
¿Mi boca? ¡Cual auténtica sonrisa de un payaso!
¡Qué importan mis arrugas se plieguen siempre lindas
así como un libreto borrando los enojos,
ni a Venus ni a Cibeles le haría yo tal caso!
- Autor: Marah ( Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2016 a las 06:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Juan Pedro Castellano, nelida moni, andres fernandez ruiz, Dulce, ESCOLASTICA SALAZAR GOMEZ, Norberto p.p.
Comentarios5
Precioso poema.
Profundo, sincero, existencial.
La vida nos ensena y lo importante, creo, es estar orgulloso de lo que somos y hemos alcanzado.
Las experiencias nos enriquecen, las arrugas nos hacen lindos porque son los trofeos de batallas vencidas.
Un placer leerte.
Un abrazo enorme hasta esa tu hermosa isla.
Kavi
Gracias amigo poeta por tu lectura y amable comentario. Saludos cordiales
Una belleza tu poema y muy bien rimado , me ha encantado amiga
Feliz fin de semana
Nélida
Gracias amiga poeta por tu lectura y amable comentario. Saludos cordiales
Que belleza tiene tu escritura, saludos
Gracias amigo por todo, saludos
bello amiga me gusto mucho abrazos
GRACIAS AMIGO POR LEERME Y POR TU AMABLE MENSAJE
un gusto saludarte abrazos
Muy buen soneto Mariposal. Un verdadeo gusto leerte amiga,
Un abrazo de amistad,
David
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