Y yo,
la miraba siempre,
y dejaba caer mis ojos ardientes
sobre sus ojos oscuros
y repletos de noche y misterio.
Resuelta y preciosa,
me concedía la bondad
de saber que allí estaba siempre,
siempre para mi,
dejando su melena
entre sus hombros morir,
como morían mis ganas
de saber su nombre,
y respirar el aire
donde se adornaba su silueta
y estallaban mis anhelos más extraños.
Y yo,
sentado a su alcance,
ella no me veía,
no me miraba,
cegada por sus vientos rebeldes,
por sus espacios vacíos,
por la penumbra del irreverente tiempo
que nos separa.
Y yo,
sentado mirándola,
sin saber qué,
sin saber nada,
hasta que un impulso inconsciente
me lanzo a ella para ponerle nombre
a su hermoso rostro,
a su absoluta mirada.
Al alba la vi,
al alba la soñé.
Al alba la pinté de amor
y de absoluta belleza.
Al Alba, te llamé.
Javi Lobo.
- Autor: Javier Lobo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2016 a las 13:09
- Categoría: Amor
- Lecturas: 38
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