Otro día

Otro día más.

Otra vez te miro y nuevamente pierdo el aliento.

Sin querer muerdo mis labios deseando que me mires, deseando sentir esa mirada penetrante sobre mi.

No sé cómo reaccionar a tu perfume cuando pasas.

Necesito hablarte, siento que cada vez me es más indispensable para vivir.

Si sonríes pierdo la estabilidad; me desarmo como un castillo de arena, aquel que se lleva la corriente. Me derrito como el hielo que está expuesto a la luz solar, a tu luz. A la luz que desprendes cada vez que pasas, cada vez que me atrapa tu presencia como si fuera una mosca entre telarañas.

Así me siento.

Me siento algo diminuto en tu mundo, casi inexistente.

Pasas y no me miras, me desespero.

No sé cuándo va a ser el momento en que te tenga delante y pueda decirte todo lo que me pasa cada vez que te acercas.

Pero si de algo tengo la seguridad, es de que si te acercas, me miras, me sonríes...

Nunca vas a olvidarte de mi.