Los pechos que me alimentan
saben a miel y a grosella.
huelen a rosa encendida,
son suaves como la seda.
y tiemblan entre mis labios
cuando mis labios los besan
Los pechos que me alimentan
son como flanes dorados,
coronaditos de guindas,
y de fresones maduros,
más dulces que la ambrosia
y ardientes como el orujo
Los pechos que me alimentan
son pajarillos sin plumas
que abren los dulces piquillos
entre su lecho de lunas
pa que mi boca y mi lengua
vayan meciendo su cuna .
- Autor: Jose Luis Posa Lozano ( Offline)
- Publicado: 25 de abril de 2016 a las 19:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: la cuerva
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