Hombre que por las calles vas. Hombre que casi todos los días veo pasar por las calles de mi barrio.
Nunca me he animado a dirigirte la palabra.
Y... extraño en mí, ni siquiera un saludo.
Un "buenos días". Un "buenas tardes". Un "buenas noches"...
Hombre triste, con tu clásica abundante barba. Tus sucias prendas.
Tu mirada triste, ausente. Con esa bolsa de siempre.
Te he visto resguardándote del frío, de la lluvia.
Cubierto con una raída frazada en pleno invierno.
En todas las estaciones del año, siempre con tus pies descalzos.
Siempre he sentido una inmensa pena. Nunca me he animado a dirigirte la palabra.
Pero mañana, será otro día... Y llegó. Me acerqué.
_ Buen día, buen hombre.
Me miró, algo asombrado... sin responder, levantó su mano a manera de saludo.
_ ¿Cómo lo ha tratado el tiempo, con tanta lluvia?
Levantó sus hombros- sin responder - con la mirada fija y lejana, como quien busca una respuesta...
No sabía qué más decirle. Me contemplaba, con sus ojos asombrados y vidriosos.
_¿ No le hace mal a sus pies descalzos, siempre ellos sobre baldosas húmedas y frías?
Negó con su cabeza.
_Señor... ¿me aceptaría le regale un par de zapatillas?
Con su dedo índice me dijo que no.
_Está bien, como usted desee. Quisiera ofrecerle algo. No sé, lo que usted necesite...
Me miró con ojos asombrados y ausentes.
Giró su cabeza, la bajó, y se quedó pensativo...
_ Parece que va a seguir lloviendo...
Asintió con su cabeza.
Me daba la sensación que estaba hablando con un hombre sin voz... mudo.
No sabía con qué continuar. Me quedé parado a su lado.
Respetaba su silencio, y no me animaba a articular palabra. Comenzó a llover...
Abrí mi paraguas, protegiéndolo también a él. Llovía una leve llovizna. Entonces... me decidí volver a decir algo...
_¿Qué le agradaría comer?
Levantó sus hombros. Esa fue su respuesta. Entonces, decidí retirarme.
_Bien,buen hombre, voy a seguir mi camino. Debo hacer unas diligencias. Nos vemos en cualquier momento.
Asintió con su cabeza.
_Hasta pronto.
Levantó su mano en señal de saludo.
Cuando ya había caminado unos pasos, escucho:
_¡Señor! ¡Fritas! -su voz era potente y cansada-.
_¿Papas fritas?, le pregunté.
Negó con dedo. Con él me dibujó en el aire un círculo.
-¿Tortas fritas?
Me dijo sí asintiendo con su cabeza.
_¡Muy bien, espéreme, que en un rato se las traigo!, le dije.
Cancelé mi diligencia. Fui a casa y elaboré las tortas fritas para ese hombre pobre, con una gran alegría en mi corazón. Noventa minutos después, fui a llevarle cinco tortas fritas.
Se las entregué, y con lágrimas en sus ojos me dijo:
_Gracias señor... que Dios lo bendiga.
Hugo Emilio Ocanto
30-04-2016
DERECHOS DE AUTOR
-
Autor:
hugo emilio ocanto (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 30 de abril de 2016 a las 00:18
- Comentario del autor sobre el poema: ¡Hola amigos del alma! Una realidad en estos días de ausencia. Un ser pobre que existe en la vecindad, y en la ciudad. ¡Tantos hay...! No tienen idea de lo feliz que me he sentido. Compartir felicidad, como también la desdicha, es nuestra misión en este mundo... Las dos existen... Los he extrañado, y he vuelto. Si no pudiese ser con grabaciones, he de estar de vez en cuando con textos... Las, los quiero. Hugo Emilio.
- Categoría: Espiritual
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- Usuarios favoritos de este poema: Armando Luna Pineda, la cuerva, alma_28, Hugo Emilio Ocanto, Alexandra L, Maria Hodunok., VOZDETRUENO, David Arthur, Edu OZ, eibaoga
Offline)
Comentarios7
muy buen poema hugo
me he emocionado
escribes con tanta ternura
me ha gustado muchísimo
un abrazo
Muchas gracias, alma_28.
Me alegro te haya gustado.
Un abrazo.
Un gran relato lleno de misericordia, no estamos lejos de ayudar, cada dia Dios nos la oportunidad de despojarnos de nosotros mismos y poder demostrar nuestra compasion, tu poema tu entrega Amigo Hugo, excelente, abrazo y feliz fin de semana,
La misericordia ayuda y alimenta el alma de nuestros semejantes.
Todos llevamos en nuestro corazón el bien... hay que animarse a demostrarlo. Así el mundo sería mejor...
Gracias por estar acompañándome Armando.
Hoy he vuelto después de un par de semanas de ausencia.
Debo infinidad de visitas.
Paulatinamente he de visitarlos.
Sentido comentario Armando.
Mi abrazo fraternal. Feliz fin de semana.
Es un tema que despierta sentimientos intensos, compartir lo que tenemos, causa mas placer en quien brinda que en quien recibe, porque ponemos ademas de lo material, amor, ternura, corazón. Un placer leerle, escucharle, mensaje profundo, listo para aplicar.
Un abrazo, feliz sábado, Alex.
Es un tema el cual he vivido, Alex.
Sentimientos profundos legítimos que mi alma siente y expresa.
Nuevamente un placer estés presente, amiga.
Un abrazo, feliz sábado.
Hugo Emilio.
Me hiciste lagrimear amigo.
Que gran escrito, que espectacular mensaje Hugo.
Tu relato es exquisio, pero aunque así no lo fuera tus letras son especiales.
Eso es lo que tenemos que hacer siempre, hay mucha gente con hambre en nuestro pais y en el mundo. Felicitaciones y gracias por compartir con nosotros.
Un fuerte abrazo de hermandad.
Mary.
Muchas gracias María por tu comentario.
Fuerte abrazo fraternal.
Hugo Emilio.
Es una hermosa experiencia, leerte, escucharte. Conozco esas miradas que hablan más que mil palabras, hambre, soledad y desesperanza.
La compasion y el amor mostrado en actos de misericordia. No solucionan pero mucho ayudan, seamos más humanos, y menos indiferentes.
Un abrazo Hugo, placer saludarte
Después de dos semanas de ausencia,
es un gran placer estés acompañándome, VOZ.
Realmente una satisfacción.
Te y les pido disculpas a todos por no hacer comentarios, momentáneamente.
Ya he de visitarlos.
Un gran e inmenso placer me has otorgado, poeta.
UN FUERTE Y SENTIDO ABRAZO FRATERNAL..
Hugo Emilio.
Triste , emotivo pero un gran poema Hugo Emilio, y una perfecta interpretación.
Un abrazo amigo,
David
Una realidad, David.
Muchas gracias por acompañarme.
Un abrazo fuerte amigo,
Hugo Emilio.
Hermoso relato,que nos hace pensar tanto,lo disfruté mucho me imagine como preparabas las tortas fritas para el hombre con una gran alegría en tu corazón,ya hubiera sido ficción o realidad es una hermosa enseñanza e imagen,saludos
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