La cordillera más larga y blanca,
el océano más grande y taciturno,
juntos me regalan su bienvenida,
entre ellos construyo mi castillo.
En el suelo duerme el color rojo,
en forma de manchas como hojas de árbol.
El mármol es más gris y más limpio.
Las cumbres nevadas brillan al sol.
Fuego y hielo se miran a la cara,
rozan sus labios como enamorados.
Trabajo en una mina de sueños,
como pan de algodón y lana,
el vino es como miel de abejas.
Me visto con versos de
Mistral, Neruda y Parra.
Cóndores me calzan con su plumas
En esta tierra austral mis hijos tendrán
radiantes estrellas para contemplar;
tres continentes por donde pasear.
- Autor: Alfredo Santino (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2016 a las 18:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
Comentarios1
Difícil decir un comentario objetivo respecto a vuestro poema: También soy chileno. Eso sucede.
Sólo puedo afirmar que me llené de imágenes, sonidos y sabores de nuestros frutos del país, cual segundo himno nacional.
Saludos.
Francisco VV.
Gracias por tu comentario Francisco VV. De hecho no soy chileno. Soy inmigrante. Este país me ha enamorado con su belleza. Lo amo tanto como a mi país de origen. Saludos.
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