Dejaste tu espina clavada en mi corazón
y como si fuera semilla verdadera
germinó en él, fruto de tu espina
es este dolor que llevo dentro.
Cada día amanece y te extraño más
pero sé que fui yo quien te dejo ir,
y eso a menudo es difícil de aceptar.
Hoy escribo este poema tan tuyo
y mío como siempre
y lo escribo pensando en que tal vez sea el último.
lo maquillo de añoranzas y nostalgias.
te fuiste, partiste de mi lado, y a cada momento
pido por tu bien.
Aún te quiero,
este corazón aún sigue enamorado de ti
tristemente y sin razón te espera
como si hubieras sembrado en él la esperanza de un retorno.
pero no volverás, porque hasta el último momento
en que nos vimos nuestra mente y corazón
no estuvieron de acuerdo.
Trato de olvidarte día a día
pero muchacha,
¿Qué me hiciste que no lo consigo?
¿Qué tenía esa, tu sonrisa,
que no logro borrar de mis sueños?
En ellos concurres cada noche
como un fantasma que reclama la vida
como un espíritu que busca a su cuerpo.
Y cuando el sueño termina
Y despierto de toda esa odisea
(que eres tú misma) intento buscarte
entre los escombros de mi alma
rescatarte de allí, salvarte,
devolverte el amor que perdiste,
ese pedacito de amor que te hace falta.
Te seré franco: te extraño.
- Autor: J. Darío (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de abril de 2016 a las 19:31
- Categoría: Amor
- Lecturas: 38
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