Nada posee tanto poder,
tanta pureza, como esa sonrisa,
la que no se perderá mientras seas niño;
el sonreír que obsequiaban las canicas,
el rumor alegre del girar del trompo,
la prisa por gritar gol al vencer la portería.
¡Ah! Cuanto sonreír este
presente de nuestro ser exige,
tan simple sería volar de nuevo
en el baldío las cometas,
ser un dios sobre una bicicleta
mientras el mundo quedaba atrás bajo sus ruedas.
Mientras seas niño,
serás a la vez todos tus héroes,
y en un rincón, entonces cuando vacío,
guardarás la imagen azul y eterna
de un mar visto por vez primera;
y en ese sitio dado por el alma,
se guardaran las canciones, los pupitres
y recreos, las comidas después de la escuela,
los tiempos benditos en que embebidos
del juego nunca fue difícil decir:
¡siempre seremos amigos!
Aún así, cumpliremos años,
veinte, treinta, cuarenta, cincuenta
o cien, quien sabe y que importa,
mientras el sonreír y la risa sean de niño.
- Autor: Jesús Anibal (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de abril de 2016 a las 14:30
- Comentario del autor sobre el poema: Que bello ser niño, cuanta gratitud para esa edad.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 56
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