La particular historia de Daniel - Racconto - -Autor: KAVANARUDÉN- - Interpreta: Hugo Emilio Ocanto- -GRABADO-

Hugo Emilio Ocanto



 

Cuando Juan Aguilera supo que su mujer estaba embarazada, fue el hombre más feliz de este mundo.

Los análisis, después de tres meses de embarazo, hicieron ver una realidad.

Tu pequeño, tu angelito, ese pequeño pececillo que nadaba en el vientre de tu Laura, sufriría la síndrome de Down.

Fuerte fuiste en ese momento, no tenías alternativa, ante tu esposa querida.

Pueden ustedes escoger. Si la gestación quieren interrumpir, están en pleno derecho - les dijo el galeno –

Los dejo para que piensen - a paso firme, el médico se dirigió fuera de la habitación - 

Juan abrazó fuertemente a su mujer y se quedaron largó tiempo abrazados. 

Perdóname - le dijo Laura con lágrimas en los ojos -

No tengo nada que perdonar amor mío. No es culpa tuya ni de nadie - le dijo con la voz más dulce que pudo, y en verdad estaba convencido de lo que decía –

Tenemos que decidir si interrumpir el embarazo o no Laura - le besó la mano mientras hablaba - 

Ella suspiró y miró el crucifijo.

Era católica pero no tanto practicante y mucho menos fanática. El fanatismo no lo aceptaba bajo ningún concepto.

Sentimientos encontrados se hicieron presentes en Laura: temor, angustia, preocupación  dolor. 

Me siento muy confundida - dijo con un hilo de voz – Tiene que ser una decisión de los dos. 

Démonos un tiempo y decidamos amor - le dijo Juan - 

En ese momento entró el doctor. 

Señores Aguilera ¿Qué han decidido? - les preguntó  -

Queremos pensarlo doctor - le respondió Juan -

No más de un mes Sr. Aguilera. Después de cuatro meses la ley no permite la interrupción del embarazo. Relájense y decidan libremente. Me pueden avisar cuando así lo deseen. Los acompañó a las puertas de la clínica.

Señores…. hasta la próxima, espero vuestra decisión. Muy formal el médico les extendió su mano y los despidió. 

Era un día lleno de luz. El sol desplegaba toda su belleza. Juan y Laura decidieron ir andando a casa. Caminaban en silencio. Ella lo tomaba del brazo, como solía hacerlo siempre.

Él le ofrecía todo su amor y comprensión. La sintió frágil como nunca. Una mujer que se caracterizaba por lo firme y fuerte de su carácter. Le pareció que temblaba como una pajarito asustado.

De niña - comenzó a hablar Laura - soñaba con tener una familia numerosa. Muchos hijos la compondrían. Todos bellos, fuertes hermosos - hizo una pausa, Juan la escuchaba atentamente  

¿Recuerdas a mi tía Encarnación? - Le preguntó - 

Sí, claro que la recuerdo, hermana de tu mamá, casada con un militar, Constantino se llamaba, si mal no recuerdo. – le respondió Juan - 

Sí, propio ella. Menuda bestia su maridito. 

Pues ella tuvo una niña con síndrome de Dowm. No existían, en aquella época los avances de ahora. Se dieron cuanta el día del parto.

La niña fue encerrada para siempre en una habitación de la casa. Yo supe de su existencia por un error.

Buscando a mi prima Anamary, sin ninguna malicia, pensando que se encontraba en esa habitación, abrí e entré.

Tuve que contener un grito de terror. Me encontré con esa niña amarrada a la cama. Escuchando el ruido que hice al entrar, se volteó. Sus ojitos, celeste como este cielo, me miraron tiernamente (aùn lo recuerdo como si fuera ayer).

Sentí tanta compasión por ella. Murmuró alguna cosa incomprensible. Grande fue mi terror que me fui corriendo.

Al entrar en casa toda asustada y llorando, mi madre se sorprendió y se asustó.

La abracé fuertemente. Me preguntó sorprendida: ¿a ver niña qué me le pasó, que me le hicieron? - casi estaba a punto de llorar también conmigo pensando que me habían hecho daño  -

Mamá, he visto una cosa horrible 

Cuéntame por favor, no te preocupes, sea lo que sea cuéntamelo, mi niña.

Le conté lo que había visto.  Después de un fuerte suspiro, mi madre, comenzó a hablar.

Laura, mi niña. Lo que has visto no lo debes contar a nadie.

Tu tía Remedios tuvo esa niña contemporánea contigo. Esa niña tiene tu edad. Le vino con síndrome de Down. A raíz de eso, Constantino se alejó mucho de ella, comenzó a maltratarla física y psicológicamente. La culpaba de haber tenido esa niña. Nadie sabe (o al menos pocos), de la existencia de ella. El marido decidió que fuera encerrada en esa habitación y que nadie la viera.

Se avergonzaba mucho. Decía que era una deshonra, una vergüenza para la familia. ¿Qué podrían decir los vecinos, la sociedad? Nos hizo jurar que jamás diríamos a ser viviente de la existencia de la niña.

¡Esto es castigo de Dios! ¡Eras tú quien merecía este castigo, no yo, por tener esa hija bastarda! Me dijo Constantino en una ocasión. Te tenía en mis brazos y te apreté a mi pecho. Sé que estaba dolido, pero esas palabras me quedaron taladrando en mi mente - .  

Mamá, pero no es justo - le dije casi gritando -

Esa pobre criatura encerrada y amarrada a una cama como sí fuera un animal. 

Estoy de acuerdo contigo mi niña, pero no podemos hacer nada. - me dijo -

Después tomando mi rostro entre sus manos y mirándome fijamente a los ojos, me hizo prometer que no diría nada a nadie. 

¿Alguien te vio entrar o salir de esa habitación? - me preguntó sin quitarme la vista de encima - 

No mami, nadie - le dije mucho más tranquila. 

Gracias a Dios - dijo - ya sabes como es esa gente. 

Laura hizo una pausa. Después continuò

- La imagen de aquella niña encerrada y amarrada me quedò grabada para siempre en mi memoria. A veces sueño con ella. 

 

Se detuvieron delante de un parque. Miraron a unos niños jugar. Laura dijo con voz firme : ¡Lo quiero tener! Sea lo que sea, lo quiero.

Juan la abrazó fuertemente y comenzaron a llorar. 

Pues…. lo tendremos Laura y no será una vergüenza para nadie. Será nuestro hijo, nuestro ángel, nuestro amor, todo tiene su por qué. Es una vida, un don de Dios y basta - poco a poco se dirigieron a su hogar.

Nació Daniel. Fue por espacio de 20 años la alegría de la familia. Afectuoso, atento, amable. El reflejo del amor que se sentían Laura y Juan que lo amaron, lo quisieron y jamás se avergonzaron de él.

A los pocos años nació Laurita, y Juancito, niños sanos y hermosos. Laurita fue la segunda madre de Daniel. Alberto su compañero de juegos y fantasías.

 

Lento va el cortejo llevando una urna blanca. Así lo decidieron Laura y Juan, una urna blanca para aquel ángel de Dios.

Silenciosamente lloraban acompañando a Daniel a su última morada. En silencio los acompañaban Laurita y Juancito.

En el cementerio del pueblo, hay una lápida con un ángel alado que sostiene un niño en sus brazos y un epitafio en el cual se puede leer:

 

“A nuestro Daniel, don especial de Dios.

Expresión perfecta de nuestro amor.

Siempre te quisimos, siempre te amaremos,

vivirás en nuestros corazones:

Laura, Juan, Laurita, Juancito".



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  • Autor: hugo emilio ocanto (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de mayo de 2016 a las 01:55
  • Comentario del autor sobre el poema: Comenta su autor, Kavanarudén: Siempre he tenido respeto y admiración por las personas con síndrome de Down. He podido trabajar con ellos y me han enriquecido mucho. Publico una historia que escribí hace algún tiempo. Hoy es el día mundial del síndrome de Down. No soy partidario de "los días de...". Creo que el respeto, la consideración se deben mostrar siempre, no un solo día. Que tengan una feliz semana. KAVI. Estoy en un todo de acuerdo en lo que expresa su autor. Me uno a sus letras, interpretándolas. Feliz día, amigas, amigos del alma. FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR. Hugo Emilio.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 46
  • Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Maria Hodunok., JADE FENIX, David Arthur
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Comentarios6

  • Evandro Valladares

    "Todo tiene su por qué,es una vida, un don de Dios" Los niños especiales vienen al mundo para enseñarnos a amar y ser generosos. Entiendo, felicito y agradezco tu mensaje. Soy médico pediatra y siquiatra infantil y gran parte de mi vida ha sido trabajar en el ánimo y la fe de los padres de niños especiales, Ojalá tu mensaje sea leído por todo el portal y tenga un efecto multiplicador muy extenso. Recibe mi afecto.

    • kavanarudén

      Querido Evandro.
      Me alegra que lo escrito haya sido de tu agrado.
      Una historia que escribí y que tengo un afecto particular. Como bien dices estos niños nos dan la oportunidad de desarrollar el don del amor, del cariño, de la ternura, de la compasión.
      Hugo, mi gran hermano y amigo, tiene un precioso don que pone al servicio de los demàs.
      Mi historia en la voz, en la interpretaciòn de Hugo adquire vida, fuerza, profundidad.
      Una gran persona a quien quiero, respeto y admiro profundamente.
      Gracias de nuevo Evandro por tu presencia. Dios te bendiga y guìe siempre ese tu trabajo tan hermoso, tan precioso y con la gran oportunidad de dar un gran testimonio.
      Bendiciones
      Kavi

    • kavanarudén

      Mi querido hermano y amigo Hugo.
      Ante que nada un caluroso "BIENVENIDO" Se te extranò todo este tiempo.
      Lo escrito, esta historia que para mi es muy significativa, con tu voz adquiere fuerza, firmeza, profundidad, vida.
      Muy agradecido por tu disponibilidad, por poner al servicio de los demàs tu don de intérprete, de actor.
      Un fuerte, fuerte abrazo
      Se te quiere y admira
      Kavi

      • Hugo Emilio Ocanto

        Muchas gracias, Kavi.
        Siempre he de estar al servicio de tus letras, hermano y amigo.
        Gracias siempre.
        Un muy fuerte abrazo.
        Hugo Emilio.

      • Maria Hodunok.

        Ya lloré con estas letras de Kavi, y ahora escuchadas en tu voz...por Dios cuanta profundidad y amor hay en este escrito, que no alcanzan las palabras para comentar.
        SUBLIME, FELICITACIONES A LOS DOS.
        Los quiero mucho.
        Mary.

        • Hugo Emilio Ocanto

          Y para mí no alcanzan mis palabras para agradecerte estés acompañándonos, María.
          Sublimes letras de Kavi.
          Gracias por felicitaciones.
          Ambos te queremos, amiga.
          Hugo Emilio.

          • kavanarudén

            Mi Maria querida.
            Lo escrito en la voz del gran Hugo adquiere vida, fuerza, profundidad.
            A mi también me impresionó escucharlo, me hizo erizar la piel.
            Gracias por pasar, por tu presencia, por tu comentario.
            Un abrazo enorme
            Kavi

            • Maria Hodunok.

              Si Kavi, ya lo creo, hoy interpreta uno mio, y realmente su voz lo hace diferente y muy intenso.
              Tu historia nos hizo llorar amigo del alma.
              Besos.
              Mary.

            • Luna y Poesía

              Conmovedora historia de la vida real que ha tocado hondamente mi alma...
              Niños especiales, ángeles que llegan a nuestras vidas y por lo cual debemos sentirnos bendecidos...
              Conozco varios niños cercanos de amistades mías con Síndrome de Down son niños que vienen a completar la felicidad de una familia, pero en otros casos es viceversa, pues el ser humano es tan complejo que piensa que esto es un castigo de Dios...
              Mi felicitación a ambos por el dúo tan genial al entregarnos esta obra y declamación de antología.
              Abrazos mi Kavi y Hugo Emigo, los quiero mucho.

              • kavanarudén

                Luna y Poesìa querida.
                Gracias por pasar y dejar tu comentario.
                El gran Hugo cuando interpreta da fuerza a lo escrito. Le da profundidad y vida.
                Si, esos niños para mi son unos àngeles. Nos dan la oportunidad de amar, de entregarnos, de querer.
                De mi parte un fuerte abrazo amiga del alma y gracias de nuevo por pasar.
                Se te quiere y aprecia
                Kavi

                • Hugo Emilio Ocanto

                  Sofy... Muchas gracias por estar acompañándonos.
                  Realmente debemos sentirnos bendecidos por estos ángeles del mundo.
                  A media cuadra de mi casa. existe UN CENTRO DE DIA LLAMADO " MARIO PANTALEO"
                  Ver a estos muchachos y chicas, diría todos los día de lunes a viernes, engrandece los sentimientos y el alma.
                  Siempre están unidos, siempre con una plena sonrisa, como la imagen que ha colocado Kavi.
                  Adolescentes y algo ya mayores, con una civilización y educación, que realmente es digna de elogio.
                  Es conmovedor cómo están unidos y el comportamiento civilizado que tienen... mucho más que otros, los cuales no padecen el síndrome.
                  No es un castigo de Dios.
                  Es la maravilla de aceptarlos tal cual son.
                  No se deben atar a una cama, sino darles libertad, para que se comporten como ellos lo sientan... ¡Cuán humanos son...!
                  Muchas gracias, querida amiga por estar, nuevamente...
                  Gracias por tus felicitaciones.
                  Ambos agradecidos infinitamente.
                  Abrazos de ambos. Te queremos tanto como tú nos quieres.
                  Hugo Emilio.

                • JADE FENIX

                  Todo niño es una bendición de Dios, para los padres no hay diferencias, solo el gran amor que le profesan, preciosas letras de mi querido amigo kavanarudén, y en tu voz amigo Hugo, las emociones quedan a flor de piel, y el corazoncito palpitando.
                  Mis felicitaciones a ambos.
                  Un placer siempre leerles amigos.
                  Un fuerte abrazo.

                  • Hugo Emilio Ocanto

                    Maravilloso y exquisito tu comentario, Jade.
                    ¿Estoy equivocado, o tienes un nuevo look?
                    Gracias por tus felicitaciones.
                    Un placer siempre tu presencia... (Te debo algunas visitas...)
                    Fuerte, fuerte abrazo.
                    Hugo Emilio.

                    • JADE FENIX

                      jajaja si mi querido amigo, a veces es bueno renovarse, muchas gracias por siempre dar respuestas a mis comentarios.
                      Un fuerte abrazo.

                    • David Arthur

                      Bella y emotiva prosa de Kavi, interpretada con mucha sensibilidad por Hugo Emilio.

                      Abrazos a los dos amigos poetas,
                      David

                      • Hugo Emilio Ocanto

                        Muchas gracias, mi apreciado y siempre amigo poeta David.
                        Fuerte abrazo, poeta.
                        De paso, otro de Kavi.
                        Hugo Emilio.



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